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La filosofía judicial de Ketanji Brown Jackson (Lovely One)

El juez del Tribunal Supremo Ketanji Brown Jackson en la Casa Blanca el 8 de abril de 2022 (Fotografía oficial de la Casa Blanca por Adam Schultz)

La jueza del Tribunal Supremo Ketanji Brown Jackson aporta una perspectiva única al más alto tribunal de Estados Unidos. Sus memorias Lovely One y su historial judicial revelan a alguien que ve el Derecho no como una teoría abstracta, sino como una fuerza que da forma a vidas y comunidades reales.

La filosofía judicial de Jackson se centra en dos principios clave: equilibrar un razonamiento jurídico cuidadoso con la comprensión de cómo las decisiones judiciales afectan a las personas, y hacer que los conceptos jurídicos complejos sean accesibles a todo el mundo. Siga leyendo para descubrir cómo Jackson navega por el delicado equilibrio entre cumplir la ley y reconocer sus consecuencias.

Uno de los pilares de la filosofía judicial de Ketanji Brown Jackson es que el Derecho no es un ejercicio intelectual abstracto, sino una fuerza poderosa que determina la vida de las personas. Cree que los jueces deben equilibrar una interpretación fiel de la ley con una clara comprensión de cómo sus decisiones afectan a las personas y a las comunidades. Jackson explica que sus experiencias con el racismo y la discriminación han conformado su comprensión de cómo los sistemas jurídicos pueden perpetuar la desigualdad. Estas experiencias le han dado una visión de las barreras que pueden no ser visibles para las personas con diferentes orígenes, ayudándola a reconocer cuándo prácticas aparentemente neutrales pueden tener efectos dispares en diferentes comunidades.

(Nota breve: el principio de Jackson de que los jueces deben equilibrar la interpretación jurídica fiel con la conciencia de las consecuencias humanas se hace eco del conflicto central del popular musical Los Miserablesen el que los legisladores han creado políticas injustas y los encargados de hacerlas cumplir consideran que su papel es aplicar esas leyes sin cuestionarlas y sin compasión. El espectáculo sugiere que cuando las leyes son injustas, la interpretación sin tener en cuenta el impacto humano perpetúa el daño. Curiosamente, Jackson fue un "niño de teatro" en el instituto y en Harvard. Las investigaciones sugieren que la participación en el teatro fomenta la empatía, ya que los actores imaginan diferentes perspectivas y reconocen la complejidad de la motivación humana, aptitudes que podrían traducirse en una toma de decisiones judiciales reflexiva).

La conciencia de Jackson sobre el impacto humano de la ley se hizo personal cuando su tío, Thomas Brown Jr, fue condenado a cadena perpetua por un delito de drogas no violento en virtud de las leyes de sentencia mínima obligatoria. Aunque había participado en una trama de distribución de cocaína, su pena superaba con creces la impuesta a muchos delincuentes violentos, lo que reflejaba las disparidades raciales arraigadas en las políticas de imposición de penas por drogas. Tras cumplir 28 años, el Presidente Obama le concedió el indulto, pero para entonces su salud había quedado irremediablemente dañada por su estancia en prisión.

Durante su mandato en la Comisión de Sentencias de Estados Unidos, Jackson abogó por la aplicación retroactiva de la Ley de Sentencias Justas, que reducía las disparidades entre las condenas por delitos relacionados con el crack y la cocaína en polvo, que afectaban de forma desproporcionada a los acusados negros. Aunque sus argumentos se basaban en el análisis jurídico y en pruebas empíricas, también estaban fundamentados en su comprensión de cómo estas políticas de imposición de penas habían devastado a las comunidades de color.

Cómo la guerra contra las drogas es historia familiar para Jackson

In Race After TechnologyRuha Benjamin proporciona un contexto crucial para entender la perspectiva de Jackson sobre las disparidades en las condenas por drogas. Benjamin explica que la Guerra contra las Drogas -unesfuerzo federal para combatir el consumo y la distribución de drogas mediante una aplicación más estricta de la ley- parecía neutral desde el punto de vista racial, pero devastó las comunidades de color. La Ley contra el Abuso de Drogas de 1986 del Presidente Reagan estableció una disparidad de condenas de 100 a 1 entre la cocaína crack (más frecuente en las comunidades negras) y la cocaína en polvo (más frecuente en las comunidades blancas), a pesar de ser farmacológicamente la misma droga.

Esta disparidad significaba que poseer sólo cinco gramos de crack conllevaba la misma condena obligatoria de cinco años que 500 gramos de cocaína en polvo. Otras leyes, incluida la ley de mínimos obligatorios "three strikes ", por la que fue condenado el tío de Jackson, intensificaron aún más el encarcelamiento masivo al imponer penas de cadena perpetua a las personas condenadas por un tercer delito grave.

Estas políticas fueron devastadoras para las comunidades negras: En 1990, la condena federal media por drogas para los afroamericanos era un 49% superior a la de los blancos, lo que contribuyó a un encarcelamiento masivo que desestructuró a las familias, agotó los recursos de la comunidad y privó del derecho de voto a millones de personas. Jackson fue testigo directo de esta devastación: Aunque su tío recibió clemencia, murió menos de un año después de su puesta en libertad.

Equilibrio entre experiencia e imparcialidad

Jackson explica que, a lo largo de su carrera, ha sido consciente del poder de la ley para elevar o devastar. Pero también tiene claras las limitaciones de la función judicial. Los jueces, explica, tienen una función específica en la democracia estadounidense: Mientras que los legisladores crean políticas, los jueces interpretan y aplican esas leyes a conflictos concretos. Esta limitación preserva el proceso democrático: los jueces no deben sustituir las preferencias políticas de los representantes electos por las suyas propias.

Por ello, Jackson subraya que la experiencia personal debe equilibrarse con la metodología jurídica. Afirma que aborda cada caso con una mentalidad abierta, centrándose en los hechos concretos y en la legislación aplicable. Este compromiso con la equidad procesal significa que a veces toma decisiones que no coinciden con sus preferencias políticas personales, pero que cree que son necesarias para una interpretación fiel de la ley.

Este enfoque matizado refleja la filosofía judicial de Jackson, según la cual la diversidad en el banquillo enriquece el razonamiento jurídico en lugar de socavarlo. Según ella, contar con jueces con diferentes experiencias vitales no compromete la imparcialidad, sino que permite a los tribunales reconocer las múltiples dimensiones de los casos que se les presentan. Al aportar a su función tanto cualificaciones jurídicas excepcionales como experiencias vividas fuera del molde judicial tradicional, demuestra cómo el trabajo del tribunal puede reforzarse incorporando puntos de vista diversos y manteniendo al mismo tiempo la fidelidad a los principios jurídicos.

La justicia ante todo: Why Both Precedent and Perspective Matter

La tensión entre experiencia personal e imparcialidad judicial por la que navega Jackson refleja un debate más amplio sobre el papel de los jueces en la preservación o evolución del Estado de Derecho. Tradicionalmente, se ha considerado que los tribunales (especialmente el Tribunal Supremo) son instituciones que protegen los marcos jurídicos establecidos, y que los precedentes sirven de fuerza estabilizadora. Pero existen visiones contrapuestas de cómo los jueces deben abordar esta responsabilidad. Algunos jueces ven su papel principalmente como defensores de los precedentes, y consideran que esta adhesión es crucial para mantener la coherencia y la previsibilidad jurídicas.

Otros creen que los jueces deben reconocer cuándo los precedentes no sirven a la justicia y estar dispuestos a revocar decisiones pasadas cuando cambian las circunstancias o la comprensión, como en el caso Brown contra el Consejo de Educación, en el que se revocó la doctrina de "separados pero iguales" establecida en Plessy contra Ferguson. Estos diferentes enfoques a menudo se correlacionan con la experiencia personal de un juez con el sistema jurídico. Quienes han sido testigos directos de cómo leyes aparentemente neutrales pueden tener efectos dispares en comunidades marginadas pueden estar más inclinados a cuestionar si los precedentes sirven verdaderamente a la justicia. Esta perspectiva coincide con la opinión de Jackson de que la diversidad en los estrados enriquece la toma de decisiones judiciales.

La actual división ideológica en el Tribunal no ha hecho sino intensificar los debates sobre cuándo debe mantenerse o anularse el precedente. Algunos académicos sostienen que la mayoría conservadora del Tribunal ha desarrollado nuevas tácticas para anular los precedentes que no les gustan sin anularlos explícitamente, una práctica descrita como "barricada de precedentes". Mientras tanto, los críticos progresistas sostienen que el Tribunal ha protegido históricamente los privilegios y la riqueza de forma más sistemática que los derechos individuales, una forma de precedente que merece ser examinada.

Hacer accesible la justicia: El poder de una comunicación clara

Otra piedra angular de la filosofía jurídica de Jackson es su creencia de que la justicia requiere una claridad que permita a la gente entender lo que está ocurriendo y por qué. Explica que el sistema judicial a menudo parece diseñado para los entendidos en leyes más que para los ciudadanos a los que sirve, pero un sistema legal que no es comprensible para las personas a las que gobierna no puede llamarse realmente justo. 

Cuando los procesos judiciales son opacos y confusos, los acusados no pueden participar de forma significativa en su propia defensa, tomar decisiones informadas sobre los acuerdos de culpabilidad o ejercer plenamente sus derechos. Esto socava el principio fundamental del debido proceso, que exige no sólo la adhesión técnica a los procedimientos, sino la comprensión y la participación genuinas de aquellos cuyas vidas penden de un hilo. Como defensora pública federal, Jackson vio cómo esta falta de claridad restaba poder a sus clientes y comprometía la legitimidad del sistema a sus ojos.

(Nota breve: ¿Para empezar, por qué es tan opaca la ley? La investigación demuestra que las leyes deben mantener un cierto nivel de precisión para funcionar eficazmente. Esto crea una complejidad que, cuando se simplifica, genera una incertidumbre que da lugar a más litigios. En otras palabras, el lenguaje simplificado crea lagunas interpretativas que los tribunales deben rellenar posteriormente. Por ejemplo, una normativa que simplemente exija que los vertederos de residuos peligrosos estén "limpios" puede ser fácil de leer, pero crea una incertidumbre que puede llevar años resolver si la ley no da ninguna orientación sobre "qué tan limpio es limpio". En lugar de pretender que la ley pueda simplificarse, Jackson se centra en hacerla comprensible para los afectados).

Como jueza, Jackson lleva el objetivo de hacer accesible la ley tanto en sus prácticas en los tribunales como en sus opiniones escritas. Dedica tiempo a explicar los procesos a las partes que comparecen ante ella, especialmente a las que carecen de representación legal. Al redactar sus dictámenes, intenta expresar conceptos complejos en un lenguaje comprensible para quienes no son abogados. Este énfasis en la accesibilidad refleja la comprensión que Jackson tiene del papel del poder judicial en una democracia. Cuando las instituciones jurídicas funcionan de manera que excluyen a todos, salvo a los especialistas, socavan la confianza pública, esencial para su legitimidad. Pero cuando los tribunales comunican claramente sus razonamientos y procesos, refuerzan su conexión con los ciudadanos a los que sirven.

(Nota breve: ¿Cómo apoya la accesibilidad a la democracia? Los estudios muestran que los estadounidenses tienen poca confianza en el poder judicial de la nación, en parte debido a la percepción de partidismo. El Tribunal Supremo se enfrenta a un intenso escrutinio, y sólo el 47% de los estadounidenses lo ven con buenos ojos. También hay una brecha partidista considerable en la percepción: El 73% de los republicanos ven al Tribunal con buenos ojos, frente a sólo el 24% de los demócratas. Esta polarización política amenaza la capacidad del Tribunal para funcionar como árbitro neutral. Como señalan los juristas, los tribunales derivan su legitimidad del respeto público. Al hacer que el poder judicial sea más transparente para los ciudadanos, jueces como Jackson trabajan para reconstruir el puente esencial entre los tribunales y el público al que sirven).

El enfoque del juez Jackson sobre la interpretación constitucional

En el examen por el Tribunal Supremo de las restricciones a la tenencia de armas para personas con órdenes de alejamiento por violencia doméstica, el juez Ketanji Brown Jackson subrayó los retos que plantea un enfoque histórico estricto de la interpretación constitucional. En un episodio de El Diario titulado "El Tribunal Supremo pone a prueba sus propios límites sobre las armas", el experto jurídico Adam Liptak se unió a la presentadora Sabrina Tavernise para debatir el caso.

En el caso Estados Unidos contra Rahimi (resuelto en 2024), Jackson se unió a la mayoría del Tribunal en la defensa de una ley federal que prohíbe la posesión de armas a las personas sujetas a órdenes de protección contra la violencia doméstica. Aunque el presidente Roberts redactó la opinión mayoritaria, Jackson escribió por separado para subrayar las dificultades de aplicar el marco establecido en el caso New York State Rifle & Pistol Association contra Bruen (2022), que exige que las normativas modernas sobre armas se justifiquen mediante análogos históricos. Sostuvo que la prueba de Bruen conduce a lagunas problemáticas entre las tradiciones jurídicas del pasado y las cuestiones constitucionales actuales.

La perspectiva de Jackson refleja la visión interpretativa más amplia a menudo asociada con los jueces liberales del Tribunal: que los principios constitucionales deben aplicarse de manera que tengan en cuenta las realidades sociales de hoy en día sin dejar de respetar el texto. Su enfoque contrasta con el de jueces conservadores como Clarence Thomas, que siguen haciendo hincapié en el significado original y el contexto histórico como principal lente para el análisis constitucional.

A través de su voto concurrente en el caso Rahimi, Jackson señaló su creencia de que la dependencia rígida de la historia podría no servir adecuadamente a los desafíos legales modernos, convirtiendo el caso en un claro ejemplo de su voluntad de poner de relieve la tensión entre la metodología originalista y las necesidades contemporáneas.

Más información sobre la filosofía judicial de Jackson

Para conocer mejor el enfoque judicial de Ketanji Brown Jackson en su contexto más amplio, consulte nuestra guía sobre su libro Lovely One.

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