Resumen en PDF:El valor de la atención, por Johann Hari
Resumen y Sinopsis del libro: Aprenda los puntos clave en cuestión de minutos.
A continuación se ofrece un avance del resumen del libro Shortform de El valor de la atención por Johann Hari. Lea el resumen completo en Shortform.
1-Page Resumen en PDF de El valor de la atención
Si te cuesta concentrarte, el periodista Johann Hari quiere que sepas que no estás solo y que no es culpa tuya. En El valor de la atenciónHari sostiene que padecemos una crisis social de atención: Todos estamos perdiendo nuestra capacidad de concentración, lo que significa que no podemos avanzar en nuestros objetivos individuales y que no podemos afrontar colectivamente los grandes retos a los que se enfrenta la humanidad.
Hari sostiene que nuestra crisis de atención es el resultado de fuerzas externas que nos roban la atención, no del hecho de que no nos esforcemos lo suficiente por concentrarnos. Examina estas fuerzas, que incluyen desde nuestra alimentación hasta la economía, y a diferencia de otros autores que escriben sobre la distracción, propone soluciones sociales en lugar de consejos individuales.
En esta guía, analizaremos las pruebas de Hari de que existe una crisis de atención, los siete factores que la provocan y su solución en tres partes. También compartiremos sugerencias para la acción basadas en las ideas de Hari, así como exploraremos las perspectivas de otros autores que complementan sus ideas.
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Factor nº 3: No dormir lo suficiente
El tercer factor que contribuye a la crisis de atención es la falta de sueño. Hari cree que no dormimos lo suficiente y que eso merma nuestra capacidad de concentración.
Hari sostiene que la falta de sueño no es un problema aislado. El tiempo medio de sueño de un adulto cada noche es una hora menos que a principios del siglo XX. En el caso de los niños, el tiempo de sueño perdido asciende a una hora y 25 minutos. (Shortform nota: El porcentaje de adultos que duermen bastante menos de las siete horas diarias recomendadas es tan elevado que el CDC lo declaró epidemia de salud pública).
Hari cita dos posibles explicaciones para la privación generalizada del sueño:
1) Luz artificial. La evolución hizo a los humanos sensibles a la luz, pero las luces artificiales interfieren con nuestra programación. Antes, los humanos se levantaban con el sol y se iban a dormir al atardecer, pero también tenían un segundo impulso hacia las cuatro de la tarde, justo cuando el sol empezaba a ponerse. Eso les ayudaba a ponerse a salvo o a terminar las tareas antes de la puesta de sol. Ahora, dice Hari, no notamos ese cambio en la luz natural porque dependemos de la artificial. Seguimos teniendo ese segundo viento, pero a última hora de la tarde, cuando se supone que deberíamos estar preparándonos para dormir.
2) Capitalismo de consumo. La falta de sueño alimenta la economía. Nuestra economía depende de que las personas consuman y produzcan todo lo posible, y eso sólo puede ocurrir mientras están despiertas.
(Shortform nota: La disponibilidad de luz artificial y la economía cambiante también limitan la posibilidad de echarse una siesta por la tarde para compensar una noche de sueño insuficiente. Los estudios demuestran que muchas sociedades consideraban normal el sueño segmentado antes de la era industrial. La gente tenía la oportunidad de hacer la siesta durante el día y ajustar su horario de sueño a la luz solar estacional y a los cambios de temperatura. Sin embargo, la presión de la economía y la capacidad de utilizar la tecnología para ajustar la luz y la temperatura en el interior de los edificios hicieron que las siestas fueran menos habituales).
Los efectos de la falta de sueño
Según Hari, la falta de sueño disminuye la capacidad cognitiva de cinco maneras:
1) Tu cerebro no puede establecer nuevas conexiones. Mientras duermes, tu cerebro establece conexiones entre la información que has aprendido durante el día. Estas conexiones son una fuente de creatividad. Cuando duermes poco, tu cerebro crea menos conexiones y se vuelve menos creativo.
2) Tu cerebro no puede almacenar información en su memoria a largo plazo. Mientras duermes, tu cerebro repasa todo lo que has aprendido durante el día. La información pasa al almacenamiento a largo plazo, donde puedes acceder a ella incluso después de que desaparezca de tu memoria a corto plazo. Cuando no duermes lo suficiente, el cerebro no tiene tiempo de almacenar la información.
3) Tu cerebro no puede limpiarse. Mientras duermes, el líquido cefalorraquídeo limpia tu cerebro y se deshace de los residuos que se acumulan a lo largo del día. Si no duermes lo suficiente, el cerebro no tiene tiempo de limpiarse.
4) Tu cerebro no puede soñar. Los sueños suelen producirse durante la fase de movimientos oculares rápidos (MOR) del sueño y te ayudan a procesar las emociones que has sentido durante el día sin disparar las hormonas del estrés. Pero las fases REM más intensas suelen ocurrir cuando llevas durmiendo siete u ocho horas, algo que mucha gente nunca consigue.
5) Tu cerebro deja de prestar atención. Cuando estás cansado, tienes lapsus de menos de un segundo en los que dejas de registrar la información que tienes delante. Estos "parpadeos atencionales" se deben a que una parte del cerebro se queda dormida.
Los efectos de la falta de sueño son insidiosos
Muchas personas sufren falta de sueño, pero no se dan cuenta del impacto negativo que tiene en sus capacidades cognitivas. En Por qué dormimos, Matthew Walker explica que la falta de sueño es un problema insidioso porque, cuando se está privado de sueño, no se sabe lo mal que se está rindiendo. Y si se está privado de sueño de forma crónica, el bajo rendimiento se convierte en un nuevo punto de referencia, por lo que se pierde la perspectiva. Walker advierte de que la combinación de una menor concentración y una percepción exagerada de las propias capacidades en un estado de falta de sueño es especialmente perjudicial en actividades de alto riesgo, como conducir.
Además de perjudicar la función cognitiva por las razones que Hari enumera, la privacióncrónica de sueño tiene una serie de efectos nocivos en el organismo,por ejemplo, contribuye a problemas a largo plazo como hipertensión, diabetes, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, depresión y depresión de la función inmunitaria.
Factor nº 4: Demasiados productos químicos nocivos
El cuarto factor que contribuye a la crisis de atención también altera las funciones normales de nuestro cerebro. Según Hari, las toxinas alteran la química de nuestro cerebro y dificultan la concentración.
Demasiadas sustancias químicas nocivas en nuestros alimentos
Para poder prestar atención es necesario que el organismo realice funciones físicas, como el suministro de energía y nutrientes, para apoyar los procesos cognitivos. Hay tres formas en que los alimentos pueden perjudicar esas funciones:
1) Crea una montaña rusa de energía. La dieta media es demasiado rica en glucosa. Esto hace que alcances subidones de energía justo después de comer y que sufras bajones de energía en cuanto tu cuerpo termina de procesar el azúcar de la comida. A lo largo del día, mientras tratas de concentrarte, tu cuerpo se encuentra en una montaña rusa de energía que dificulta mantener la concentración.
2) Los alimentos carecen de los nutrientes que necesita el cerebro. La mayoría de los alimentos que comemos hoy en día están muy procesados y contienen aditivos que los hacen más estables pero reducen su valor nutricional. Eso deja a tu cerebro sin todos los nutrientes que necesita para sus funciones cognitivas.
3) Los alimentos contienen toxinas que dañan el cerebro. En 2009, un estudio reveló que el 70% de los niños que eliminaron los conservantes y colorantes de su dieta experimentaron mejoras en su concentración. Un estudio similar hizo que los países europeos prohibieran los colorantes en los alimentos, pero EE.UU. se negó a hacerlo. Hari sugiere que esto podría explicar la mayor incidencia del TDAH en EE.UU.
El daño es reversible
En su libro En defensa de la comidaMichael Pollan explica que el daño que nuestra alimentación ha causado a nuestro cerebro es reversible. En 1982, un científico australiano pidió a 10 aborígenes que vivían en la selva que volvieran a su vida anterior de cazadores y recolectores para ver si su salud mejoraba. Desde que se habían trasladado a la civilización años antes, habían desarrollado diabetes de tipo 2 y corrían un alto riesgo de sufrir enfermedades cardiacas. Tras siete semanas en su antiguo entorno, los investigadores les hicieron análisis de sangre y comprobaron que todos los aspectos de su salud habían mejorado.
Los resultados revelaron que los resultados negativos para la salud que experimentan las poblaciones occidentales podrían reducirse con cambios en la dieta. En concreto, el estudio sugiere que consumir niveles más bajos de azúcar puede tener un impacto positivo en el organismo incluso tras un breve periodo y que consumir alimentos no procesados y más cercanos a su origen permite absorber mejor los nutrientes y menos toxinas que desencadenan desequilibrios en el organismo.
Demasiadas sustancias químicas nocivas en nuestro medio ambiente
Hari afirma que las toxinas de nuestro entorno también contribuyen a la crisis de atención:
1) Contaminación. La contaminación atmosférica provoca inflamación en el cerebro. Los estudios relacionan esta inflamación con un riesgo un 15% mayor de desarrollar demencia y con un mayor riesgo de enfermedades degenerativas en los niños. Los investigadores encontraron una correlación directa entre la dificultad de los niños para prestar atención y el nivel de contaminación de sus comunidades.
2) BPA. El bisfenol A está presente en el revestimiento de plástico del 80% de las latas. Un estudio descubrió que si estás expuesta al BPA durante el embarazo, tu hijo tiene más probabilidades de desarrollar problemas de conducta.
3) Alteradores endocrinos. Un estudio ha descubierto que muchas de las sustancias químicas presentes en nuestro entorno y en los productos cotidianos alteran las señales endocrinas (hormonales). Esto es especialmente preocupante en el caso de los niños, cuyos cuerpos y cerebros aún se están desarrollando. Si sus cerebros no se desarrollan adecuadamente, es más probable que tengan problemas de atención u otros déficits cognitivos.
Protéjase de las toxinas
Aunque las toxinas ambientales están por todas partes, hay algunas cosas que puede hacer para protegerse:
Haga ejercicio regularmente para ayudar a su cuerpo a combatir la inflamación causada por las toxinas.
Evite estar cerca del humo, incluido el humo de los cigarrillos y los fuegos de leña.
Consigue un filtro de partículas de alta eficiencia para protegerte de la contaminación en tu comunidad.
Cuando compres productos de plástico o enlatados, comprueba que lleven la etiqueta "sin BPA" o que junto al símbolo de reciclaje aparezca un #1, #2 o #4, que también indica que no contienen BPA.
Evite los disruptores endocrinos bebiendo agua filtrada en lugar de embotellada, no cocinando en el microondas alimentos en recipientes de plástico y lavando los productos para deshacerse de los pesticidas.
Factor nº 5: Demasiada tecnología que distrae
El quinto factor que contribuye a la crisis de atención es la tecnología. Hari sostiene que la tecnología de la que dependemos rastrea todos nuestros movimientos y adapta los contenidos que vemos para mantenernos enganchados.
La tecnología perjudica nuestra concentración individual
Hari sostiene que la mayor parte de la tecnología está diseñada intencionadamente para distraernos,con fines lucrativos. El modelo de negocio de la mayoría de las tecnologías basadas en pantallas se basa en el compromiso. Cada segundo que miras la pantalla es un segundo de publicidad que las empresas tecnológicas pueden vender.
Cuanto más ocupados estamos con la tecnología, más nos distraemos de lo que se supone que deberíamos estar haciendo. Hari identifica tres formas en las que la tecnología interrumpe tu atención:
1) Diseñar para las interrupciones. La tecnología se basa en los conocimientos de la psicología del comportamiento: Las personas ansían recompensas y ajustan su comportamiento para obtenerlas. La tecnología puede entrenarte para que necesites cualquier recompensa que pueda ofrecerte, de modo que permanezcas enganchado el mayor tiempo posible o vuelvas a ella lo antes posible.
2) Acumular tus metadatos. Cada vez que haces clic en algo, envías información al sitio web o a la aplicación que estás utilizando. Esa información ayuda a la empresa que está detrás a crear un archivo preciso sobre quién eres y qué te gusta. Esa información le dice qué tipo de contenido mostrarle para mantenerle pegado a la pantalla. Las empresas utilizan tus datos para convencer a los anunciantes de que gasten dinero en su sitio o aplicación porque saben a quién mostrar anuncios. Esto se conoce como capitalismo de vigilancia.
3) Enfadarte. Para mantenerte atento el mayor tiempo posible, las aplicaciones han desarrollado sofisticados algoritmos que te muestran los contenidos a los que saben que responderás. Pero el sesgo de negatividad que todos tenemos hace que prestes especial atención a la información que te molesta o enfada. El enfado disminuye tu capacidad de prestar atención a la calidad de las ideas que encuentras. Por defecto, decides cómo te hace sentir la idea, en lugar de analizar críticamente su valor.
La tecnología perjudica nuestra concentración como sociedad
Hari sostiene que la ira también perturba nuestra capacidad para ver aspectos comunes más amplios y resolver problemas colectivamente como sociedad. Esto ocurre de dos maneras:
1) Como cada individuo recibe información que le enfada y la comparte en Internet, llegas a creer que todo el mundo está enfadado. (Shortform nota: La investigación muestra que también propagamos la ira reflejando la ira o la maldad de los demás en textos e intercambios en las redes sociales; sin embargo, también podemos detener la propagación con positividad y amabilidad).
2) Al mismo tiempo, las redes sociales facilitan la difusión de información errónea. Eso significa que la gente suele indignarse ante la información incorrecta. El sentimiento de indignación colectiva y la dificultad para encontrar la información correcta te vuelven vigilante y a la defensiva y dificultan las conversaciones constructivas.
(Shortform nota: Para agravar la dificultad de separar la información verdadera de la falsa, la investigación del MIT muestra que la información falsa se difunde mucho más rápida y ampliamente:por ejemplo, las falsedades en Twitter tienen un 70% más de probabilidades de ser retuiteadas que la verdad, y llegan a las primeras 1.500 personas seis veces más rápido).
Proteja su atención de la tecnología
Existen estrategias para evitar los peligros de la tecnología que Hari expone más arriba:
1) Anticipe las distracciones. En Minimalismo digitalCal Newport sostiene que si entiendes cómo funciona la tecnología, puedes ser estratégico en su uso. Por ejemplo, las aplicaciones de las redes sociales están diseñadas para ser más adictivas que sus versiones web, así que puedes eliminar las aplicaciones de tu teléfono y acceder a tus cuentas desde el navegador web.
2) Haz que sea más difícil vigilarte. Las técnicas de vigilancia del capitalismo tecnológico siempre irán un paso por delante, pero puedes dificultarles un poco el trabajo. Por ejemplo, puedes utilizar una red privada virtual (VPN) para mantener cifrada tu información de navegación, bloquear las cookies y crear una dirección de correo electrónico alternativa para los sitios web que te pidan información.
3) Sé consciente. La próxima vez que te enfades por algo que veas en Internet, recuerda que las empresas tecnológicas saben exactamente qué efecto está teniendo el algoritmo en ti, y lo mantienen porque pueden beneficiarse de ello. Además, ten en cuenta que la información que existe en Internet no está obligada a ser veraz, así que antes de enfadarte por algo que leas, haz los deberes para averiguar si es verdad.
Factor nº 6: Demasiada información, demasiado rápido
El sexto factor que Hari considera que contribuye a la crisis de atención es la sobrecarga de información, que dificulta concentrarse el tiempo suficiente para procesar lo que vemos y oímos.
La aceleración de la información
La cantidad de información disponible y la velocidad a la que nos encontramos con ella aumentan constantemente, pero nuestro cerebro no da abasto. Así que saltamos de una información a otra sin concentrarnos. Aunque tendemos a culpar a Internet de este problema, las investigaciones demuestran que nuestra incapacidad para concentrarnos es anterior a la tecnología.
Los nuevos temas se han popularizado cada vez más rápido desde al menos el siglo XIX, y el público ha perdido interés en ellos a la misma velocidad. Los investigadores descubrieron que los temas en Twitter fueron tendencia durante 17,5 horas en 2013 y solo 11,9 horas en 2016. Del mismo modo, los datos de Google Books sugieren que los temas han ido perdiendo popularidad más rápidamente con cada década que pasaba antes de que Internet estableciera la tasa de rotación a la máxima velocidad.
La cantidad de información disponible determina la tasa de rotación. Los investigadores construyeron un modelo matemático para determinar qué hacía que los temas ganaran y perdieran popularidad rápidamente. Descubrieron una respuesta sencilla: Cuando hay más información disponible, disminuye la capacidad de las personas para procesarla y pasan más rápidamente al tema siguiente.
Esta aceleración de la información es un problema por dos razones:
1) No podemos abordar ni resolver problemas complejos. Como nos bombardean constantemente con nueva información que no podemos seguir, solo tenemos un conocimiento superficial de cada tema.
2) Las personas con recursos suficientes encontrarán formas de protegerse de la avalancha de información, como tomarse un descanso de la tecnología con una "desintoxicación digital". Los que tengan menos recursos seguirán abrumados . (Shortform nota: algunos críticos han calificado las desintoxicaciones digitales y estrategias similares de privilegios, ya que muchas personas dependen de Internet para su subsistencia y no pueden permitirse desconectarse para mantener su bienestar).
Nuestro cerebro funciona con el piloto automático
La razón por la que saltamos de una información a otra sin profundizar en ninguna de ellas puede ser nuestra tendencia natural al piloto automático. En HyperfocusChris Bailey explica que, por defecto, nuestro cerebro gasta nuestra atención en el modo de piloto automático: En lugar de elegir de antemano en qué centrarnos, reaccionamos a los desencadenantes que despiertan nuestro interés.
El modo de piloto automático nos mantuvo vivos en la antigüedad al mantenernos alerta a los cambios de nuestro entorno. Cuanto más rápido nos percatábamos del peligro, más rápido podíamos reaccionar y evitarlo. Y cuanto más rápido nos percatábamos de las cosas gratificantes, más rápido podíamos aprovecharlas.
Sin embargo, el modo de piloto automático tiene un gran inconveniente: Nos hace propensos a la distracción. En piloto automático, reaccionamos automáticamente ante cualquier cosa nueva, potencialmente peligrosa o gratificante. Esta inclinación nos hace susceptibles a la distracción porque, normalmente, aquello en lo que intentamos concentrarnos no es tan nuevo, gratificante o potencialmente peligroso como otras cosas que hay en la habitación.
Nuestro cerebro no puede procesar toda la información disponible
Según Hari, la aceleración de la información es perjudicial porque nuestro cerebro es incapaz de procesarla toda. Hay tres razones principales para ello:
1) El filtro de nuestro cerebro se ve desbordado por la cantidad de información que recibe. La corteza prefrontal del cerebro filtra la información innecesaria, pero no puede seguir el ritmo del flujo actual de información.Shortform Nota breve: En Hyperfocus, Chris Bailey sostiene que la capacidad creativa del cerebro depende de la información que recibe. Cuanto mejor sea la información que acumula, mejores ideas tendrá, por lo que debe prestar atención sólo a la información de mayor calidad).
2) Nuestro cerebro funciona mejor a un ritmo más lento. Los investigadores han descubierto que cuanto más rápido se lee, menos información se comprende y más se tiende a leer material más fácil. Por el contrario, ir más despacio mejora la concentración. Las personas que participan en actividades que les obligan a ir más despacio, como el yoga, aumentan su capacidad de concentración. Esto se debe a que están reentrenando sus cerebros para moverse a una velocidad adecuada a sus capacidades. (Shortform nota: En Inteligencia intuitiva, Malcolm Gladwell recomienda aprovechar la tecnología para ralentizar el flujo de información. Por ejemplo, ver vídeos a cámara lenta para dar al cerebro tiempo suficiente para procesar la información).
3) Nuestro cerebro tiene una capacidad de procesamiento limitada. Hari explica que el cerebro humano sólo puede procesar uno o dos pensamientos a la vez. Sin embargo, esperamos que procese mucho más que eso, como cuando hacemos "multitarea". Pero lo mejor que puede hacer el cerebro humano es saltar muy rápidamente de una tarea a otra, reconfigurándose entre tareas y repercutiendo negativamente en la calidad de todas ellas. (Shortform nota: las investigaciones sugieren que el cerebro es capaz de procesar hasta 185.000 millones de bits de información en una vida media. Sin embargo, en Flow, Mihaly Csikszentmihalyi sostiene que rara vez alcanzamos esa capacidad porque la mayoría de nuestras actividades cotidianas no son muy exigentes).
Factor nº 7: Demasiado énfasis en la responsabilidad individual
El último factor que contribuye a la crisis de atención es cómo hemos intentado abordarla. Hari cree que las soluciones propuestas para la crisis de atención son insuficientes porque se centran en la responsabilidad personal. Exploraremos cómo las mismas fuerzas que dificultan la concentración hacen que la acción individual parezca la única solución y por qué no funciona.
El enfoque individualista de la crisis de atención
Como vimos en el factor 5, la tecnología está diseñada para atraer tu atención y mantenerte en movimiento. Y el enfoque preferido de la industria tecnológica para fijar tu atención es animarte a tener más autocontrol para que puedas resistirte a sus tácticas. Así, según Hari, pueden enmarcar el problema en una falta de disciplina por tu parte, no en un diseño intencionadamente manipulador por su parte.
Hari cita la descripción que hace el autor Nir Eyal en del enfoque individualista de la industria tecnológica para fijar nuestra atención. Los dos libros de Eyal, Enganchado y Indistractiblemuestran cómo funciona este enfoque:
Paso 1: Engancharte a la tecnología. En EnganchadoEyal explica que el objetivo principal de diseñadores e ingenieros es conseguir que los usuarios dependan de la tecnología que han creado. Para lograrlo, tienen que crear desencadenantes internos -emociones incómodas, como el miedo o el aburrimiento- que hagan que el usuario necesite lo que sea que la tecnología pueda ofrecerle. De ese modo, el usuario desarrolla un hábito y necesita la aplicación para satisfacer ese desencadenante interno una y otra vez. Cuanto más fuerte sea el hábito, más podrá confiar la empresa en ese usuario para proporcionarle valor durante mucho tiempo.
Paso 2: Hacerte cuestionar tus hábitos, no la tecnología. En Indistractible, Eyal expone estrategias para aislarse de los mecanismos que utiliza la tecnología para desviar la atención. Cree que los individuos deben examinar críticamente sus propios hábitos antes de ir a por las empresas tecnológicas. Anima a identificar los desencadenantes internos personales que te hacen vulnerable a la distracción y a encontrar la estrategia adecuada para contrarrestarlos.
Nir Eyal explica la diferencia entre sus libros
En una entrevista exclusiva con Shortform, Eyal habla de las similitudes y diferencias entre Enganchado y Indistractible. Desmiente la interpretación popular de que Indistractible es un antídoto de su primer libro como tropo, aunque admite que el hecho de que los libros parezcan y suenen parecidos da esa impresión.
Sostiene que Enganchado trata de crear buenos hábitos en la vida de los clientes. No es una guía para que las empresas tecnológicas fomenten hábitos perjudiciales. Cree que las técnicas que comparte pueden utilizarse para mejorar la vida de los usuarios a través de los hábitos que la tecnología les ayuda a crear, como la forma física o la espiritualidad.
Por el contrario, afirma que Indistractible trata de acabar con los malos hábitos, independientemente de si la tecnología es la culpable de tenerlos o no. En última instancia, Eyal cree que podemos aprovechar la tecnología para crear buenos hábitos y saber cuándo dejar nuestros dispositivos para deshacernos de los malos hábitos.
Optimismo cruel
Hari sostiene que el enfoque del mundo de la tecnología ante la crisis de atención es un ejemplo de "optimismo cruel". Es optimista porque ofrece una solución, pero cruel porque el problema es mucho mayor que la solución. Según Hari, el optimismo cruel acepta que el sistema no puede cambiar y que, por tanto, no vale la pena intentarlo. Pero señala que la sociedad ya ha solucionado (o al menos reducido) problemas sistémicos antes. El optimismo cruel es una distracción de las soluciones sistémicas que pueden funcionar para más gente.
(Shortform nota: Lauren Berlant acuñó el término "optimismo cruel" en su libro del mismo título. Uno de los ejemplos que cita es el Sueño Americano, porque mantiene a la gente esforzándose por alcanzar un determinado nivel de vida cuando las condiciones necesarias para lograrlo están desapareciendo rápidamente).
Una salida a la crisis de atención
Aunque Hari está de acuerdo en que hay trucos útiles para disciplinar la atención, y él mismo practica algunos, cree que no son suficientes. La solución que propone para la crisis de atención consta de dos partes: cambios sistémicos en la tecnología, el trabajo y la escuela, y un movimiento ciudadano.
Parte nº 1 de la solución: Cambios sistémicos
Según Hari, nuestro modelo de crecimiento económico constante impulsa la mayoría de los factores que contribuyen a la crisis de atención. El "éxito" según el modelo de crecimiento económico exige que las empresas crezcan y los individuos se enriquezcan. Para crecer, las empresas encuentran continuamente formas de vender más productos, lo que atrapa a los consumidores en un patrón de hacer más y comprar más cada año. Hari sostiene que el estrés de una sociedad orientada al crecimiento socava nuestra capacidad de concentración y, dado que se trata de un problema social, requiere soluciones sociales.
Sostiene que podríamos pasar de un crecimiento constante a una economía en estado estacionario. En este nuevo modelo, definiríamos el éxito por valores diferentes, como tener seguridad laboral y tiempo suficiente para perseguir objetivos fuera del trabajo. Para ello habría que cambiar el funcionamiento de la sociedad actual, incluido el modelo de negocio tecnológico y los horarios laborales y escolares.
(Shortform nota: Una transición de un modelo de crecimiento económico a una economía estable podría requerir un cambio de mentalidad como el que defiende Simon Sinek en El juego infinito. Los líderes empresariales tendrían que dejar de ver la generación de beneficios como su único objetivo. De este modo, el impulso al crecimiento podría pasar a un segundo plano frente a objetivos como la salud de los trabajadores y los consumidores).
Hari aboga por tres cambios sistémicos para abordar el estrés y la incapacidad de concentración:
1) Menos horas de trabajo. Algunas empresas han establecido semanas laborales de cuatro días o han reducido las horas diarias sin comprometer la productividad. Esto ha dado a los trabajadores más tiempo para descansar y participar en actividades significativas para ellos, ayudándoles a sentirse menos estresados y más comprometidos con su trabajo. Sin embargo, Hari advierte de que este cambio sólo beneficia a los trabajadores asalariados.
(Shortform nota: Los empleados no son los únicos que se benefician de trabajar menos horas por el mismo sueldo. Un estudio realizado en Suecia descubrió que los pacientes de enfermeras que trabajaban turnos de seis horas en lugar de ocho tenían mejores resultados y, aunque los hospitales tenían que contratar más enfermeras, gastaban menos en su plantilla gracias a la menor rotación y agotamiento de sus empleados).
2) Más oportunidades para que los niños jueguen. Como hemos visto en los factores nº 1 y nº 2, el estrés y la ansiedad pueden hacer que los niños desarrollen problemas de atención, y una forma de que aprendan a gestionar las emociones negativas es dejarles más tiempo para jugar. Hari cree que las escuelas deberían ofrecer más oportunidades para que los alumnos jueguen y persigan sus propios intereses, y centrarse menos en los exámenes estandarizados. Fuera de la escuela, los adultos deberían dar a los niños tiempo para jugar, ser curiosos y estar al aire libre en lugar de delante de pantallas. (Shortform nota: Un resultado positivo de la pandemia de COVID-19 es que muchos niños empezaron a disfrutar de más tiempo de juego no estructurado. Una encuesta reveló que pasaban unas cuatro horas más a la semana en actividades no estructuradas).
3) Tecnología diferente con incentivos diferentes. Hay cambios que podrían hacer que la tecnología fuera menos perturbadora. Hari propone eliminar las funciones que interfieren intencionadamente en tu atención, como las notificaciones incesantes, y añadir funciones que te devuelvan a la realidad, como reducir la velocidad de descarga después de haber pasado cierto tiempo en un sitio web. (Shortform nota: La tecnología por la que aboga Hari se hace eco de la filosofía del minimalismo digital, que pide que las herramientas digitales promuevan tus prioridades y minimicen su daño).
Sin embargo, Hari sostiene que no existen incentivos para que las empresas tecnológicas hagan que sus productos sean menos perturbadores. La única forma de que esos incentivos cambien es prohibiendo el capitalismo de la vigilancia o ilegalizando la recopilación de datos de las personas y su uso para detectar sus vulnerabilidades. Esto reformaría el modelo de negocio en el que se basan la mayoría de las empresas tecnológicas.
Probables enemigos de la regulación tecnológica
Para cambiar el funcionamiento de la tecnología y su estructura de incentivos subyacente, los reformistas podrían tener que enfrentarse a los defensores del statu quo. En su libro Mercaderes de la dudaNaomi Oreskes y Erik M. Conway explican que la ciencia a menudo revela fallos del mercado y sugiere la regulación como solución, pero los defensores del libre mercado luchan contra ella:
1) Los fundamentalistas del libre mercado, que creen que el libre mercado es el único sistema económico que permite la libertad. Se oponen a la regulación, especialmente a los tratados internacionales.
2) Los cornucopianos o tecnófilos, que creen que la tecnología solucionará todos los problemas de la humanidad. El cornucopianismo ignora el hecho de que la tecnología no se desarrolla con la rapidez suficiente para resolver los retos actuales, y que incluso puede hacernos avanzar en la dirección contraria.
Parte nº 2 de la solución: Rebelión de la atención
Por último, Hari sostiene que la crisis de atención justifica una "rebelión de la atención" que galvanice a millones de personas para que presionen a gobiernos y empresas para que hagan cambios. Cree que para desencadenar este movimiento hay que dar los siguientes pasos:
1) Un momento simbólico que despierte la conciencia. En una primera fase, un grupo de activistas bien informados sobre la crisis de atención debe organizar una batalla simbólica contra las fuerzas que nos roban la atención. Por ejemplo, podrían piratear las redes sociales durante un día para demostrar a la gente que es posible vivir sin estas aplicaciones. Esa batalla simbólica ayudaría a más gente a comprender la gravedad de la situación.
2) Un movimiento más amplio que implique a los agentes políticos y sociales. A medida que aumente el número de personas comprometidas con el tema, será necesario implicar a algunas de ellas en el ámbito político para que puedan influir en los responsables de la toma de decisiones, mientras que otras seguirán dinamizando a los ciudadanos normales para que se impliquen y ejerzan presión sobre los gobiernos y las empresas.
Las etapas iniciales que describe Hari coinciden con los pasos para poner en marcha una intervención descritos en La práctica del liderazgo adaptativo:
1) Ten siempre presente el panorama general. Incluso después de haber empezado a actuar, mantén tu mentalidad de diagnóstico para poder mantener la cabeza despejada, seguir analizando la situación objetivamente y cambiar de rumbo si es necesario.
2) Evalúe hasta qué punto está extendida la urgencia de cambiar. Si sólo un grupo está dispuesto a afrontar un reto, su primer paso será hacer que el tema sea urgente para todos. Puede hacerlo de varias maneras, como planteando el reto directamente, desafiando a la gente o haciendo preguntas. Aquí es donde es necesario un momento simbólico de concienciación.
3) Decida cómo enmarcar y enunciar su intervención. Comunique claramente la línea de actuación y por qué es importante. Debe resonar con los puntos de vista de los demás, no con los tuyos, e inspirarles. Utiliza cualquier mezcla de hechos y emociones que conecte con los valores de tu grupo y encuentra el equilibrio entre el lenguaje poco inspirador y el alarmismo. Aquí es donde más gente se une al movimiento e invita a otros a unirse también.
4) Cede el control. Una vez que hayas puesto en marcha una intervención, deja que otras personas la discutan y la modifiquen. Esto animará a otros a llenar el espacio que has dejado libre y también te permitirá evaluar los progresos y planificar el siguiente paso.
5) Utilice las facciones de su equipo como representación de facciones más amplias. A medida que crece una intervención, algunas personas se comprometerán con ella y otras se resistirán. Fíjate en quién pertenece a cada grupo y predice cómo reaccionarán las facciones más amplias para empezar a abordar la resistencia a gran escala.
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