Resumen en PDF:La inteligencia emocional 2.0, por

Resumen y Sinopsis del libro: Aprenda los puntos clave en cuestión de minutos.

A continuación se muestra un avance del resumen del libro de Shortform La inteligencia emocional 2.0 por Travis Bradberry y Jean Greaves. Lea el resumen completo en Shortform.

1-Page Resumen en PDF de La inteligencia emocional 2.0

En La inteligencia emocional .La inteligencia emocional , los psicólogos organizacionales Travis Bradberry y Jean Greaves sostienen que la capacidad de reconocer y gestionar las emociones, tanto propias como ajenas, es el factor más importante para determinar el éxito. Afirman que la inteligencia emocional (EQ) es más importante que el coeficiente intelectual (IQ) o los conocimientos técnicos, ya que el cerebro procesa las emociones antes que el pensamiento racional, lo que significa que las emociones determinan todas las decisiones e interacciones. A diferencia del CI o la personalidad, que son en gran medida fijos, el EQ se puede desarrollar practicando cuatro habilidades básicas: autoconciencia, autogestión, conciencia social y gestión de las relaciones.

Los autores proporcionan un marco práctico y estrategias específicas para desarrollar cada habilidad, ayudándote a mantener la calma bajo presión, interpretar con precisión las situaciones sociales y manejar conversaciones difíciles sin dañar las relaciones. En esta guía, comparamos su modelo de cuatro pilares con otros marcos de inteligencia emocional, examinamos la neurociencia y la investigación que sustentan sus afirmaciones, exploramos cómo la inteligencia emocional funciona de manera diferente de una persona a otra y conectamos sus estrategias con conceptos relacionados de la psicología y la ciencia del comportamiento.

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Pero a partir de la década de 1970, los avances en genética molecular permitieron a los científicos rastrear el desarrollo de las células cerebrales en diferentes especies. Esta investigación reveló que el cerebro no evolucionó realmente añadiendo nuevas capas sobre estructuras antiguas sin cambios. En cambio, todos los cerebros de los vertebrados, desde los peces hasta los reptiles y los mamíferos, pueden compartir un plan de desarrollo común. Lo que difiere entre las especies no son las estructuras básicas, sino sus proporciones, que dependen de la duración de cada etapa del desarrollo embrionario. Por ejemplo, un ratón tiene corteza cerebral, pero es proporcionalmente más pequeña que la de un ser humano, lo que significa que la neocorteza humana no es una estructura nueva , sino una versión ampliada de la que existe en otros mamíferos.

La neurociencia moderna también ha descubierto que las emociones y la cognición son funciones interdependientes que funcionan al mismo tiempo a través de redes cerebrales interconectadas. Durante las respuestas emocionales, se activan la amígdala y otras estructuras límbicas, pero también lo hacen las áreas corticales y el tronco cerebral; no hay ninguna vía por la que la información viaje a través de una región «antes» que otra. Si bien algunas respuestas son más rápidas y automáticas que otras, esto refleja diferencias en la activación relativa de las redes interconectadas, más que una secuencia estricta de la emoción a la razón. A pesar de esta complejidad, la idea central de los autores sigue siendo válida: las emociones influyen en nuestras decisiones de maneras que no podemos simplemente anular con fuerza de voluntad.

El coeficiente emocional predice el éxito mejor que el coeficiente intelectual.

La forma en que está conectado el cerebro humano explica por qué la inteligencia emocional tiene un impacto tan poderoso en tu capacidad para tener éxito en el trabajo. Bradberry y Greaves explican que, dado que las emociones determinan todo lo que hacemos, las personas que son capaces de reconocer y gestionar sus emociones obtienen mejores resultados que aquellas que tienen un coeficiente emocional (EQ) menos desarrollado. De hecho, las investigaciones sugieren que la inteligencia emocional representa el 58 % del rendimiento laboral de las personas en todo tipo de puestos; que las personas con una inteligencia emocional alta ganan una media de 29 000 dólares más al año que aquellas con una inteligencia emocional más baja; y que el 90 % de las personas con mejor rendimiento tienen altos niveles de inteligencia emocional. Bradberry y Greaves sostienen que estos hallazgos no son coincidencias: son los resultados previsibles de cómo funciona la inteligencia emocional en la práctica.

Un alto coeficiente emocional te permite desenvolverte en las complejas dinámicas sociales de cualquier lugar de trabajo. Por ejemplo, cuando eres capaz de leer el ambiente y percibes que la idea que estás proponiendo no está siendo bien recibida, puedes ajustar tu enfoque. Cuando eres capaz de resolver conflictos entre compañeros de manera constructiva, generas confianza en lugar de quemar puentes. Por el contrario, un coeficiente emocional bajo crea problemas que socavan tu eficacia en el trabajo. Si no reconoces cuándo tus emociones nublan tu juicio, tomarás decisiones basadas en sentimientos temporales en lugar de en un razonamiento sólido. Si no sabes interpretar los estados emocionales de los demás, perderás señales sociales cruciales. Si no sabes gestionar las relaciones con habilidad, los conflictos se intensificarán, la confianza se erosionará y la colaboración será imposible.

¿MideLa inteligencia emocionalalgo nuevo?

La explicación de los autores sobre el impacto del EQ en el éxito se basa en investigaciones revisadas por pares. Sin embargo, desde entonces los científicos han debatido si la «inteligencia emocional» es un rasgo distintivo o si se superpone con otras cualidades psicológicas, como la conciencia (ser organizado y trabajador), la extraversión (ser extrovertido y sociable) y la estabilidad emocional (mantener la calma bajo estrés). Décadas de investigación demuestran que estos rasgos predicen de forma fiable el rendimiento laboral. Cuando los investigadores examinaron el tipo de medida de IE que utilizan Bradberry y Greaves, descubrieron que lo que miden estas pruebas se solapa con los rasgos de personalidad estándar. Cuando tuvieron en cuenta este solapamiento, la conexión entre las puntuaciones de IE y el rendimiento laboral desapareció.

Esto es importante por varias razones. En primer lugar, los rasgos de personalidad tienden a ser relativamente estables en los adultos, lo que plantea dudas sobre si la IE realmente se puede desarrollar mediante la práctica. En segundo lugar, tratar características superpuestas como si fueran distintas socava el progreso científico. Cuando los investigadores estudian el coeficiente emocional sin reconocer que se superpone en gran medida con la conciencia y la estabilidad emocional, los estudios que afirman revelar nuevos conocimientos sobre la «inteligencia emocional» pueden estar, en realidad, redescubriendo cosas que los psicólogos ya sabían sobre la personalidad, solo que con un nombre diferente. Esto dificulta que los científicos desarrollen una comprensión clara de qué es lo que realmente predice la capacidad de navegar por dinámicas sociales complejas y por qué.

La diferencia en el rendimiento entre las personas con alta y baja inteligencia emocional sugiere que el coeficiente emocional (EQ) es más importante que el coeficiente intelectual (IQ) o el nivel de experiencia técnica para alcanzar la mayoría de los tipos de éxito en el trabajo. Bradberry y Greaves señalan que incluso las personas brillantes y con amplios conocimientos tendrán dificultades en el ámbito profesional si alienan constantemente a sus compañeros, toman decisiones impulsivas bajo presión y tienen problemas para desenvolverse en la dinámica del lugar de trabajo. Por el contrario, una inteligencia emocional sólida permite crear alianzas, ganarse la confianza y generar oportunidades que el intelecto por sí solo no puede lograr.

(Shortform : La relación entre la inteligencia emocional y el éxito profesional puede depender más del contexto de lo que sugieren las estadísticas citadas por Bradberry y Greaves. Los investigadores han advertido que la idea de que el coeficiente emocional (EQ) es más importante que el coeficiente intelectual (IQ) no se aplica de manera generalizada: es más relevante en situaciones en las que la capacidad intelectual importa menos que las habilidades sociales. Las estadísticas de los autores provienen de estudios realizados con altos ejecutivos, y cuando alguien alcanza puestos de tan alto nivel, ya ha sido seleccionado por su CI, por lo que el CE se convierte en lo que distingue a los mejores de los que simplemente son «buenos». Al principio de tu carrera, cuando aún estás adquiriendo experiencia, tus habilidades cognitivas y tus conocimientos laborales pueden ser más importantes que el CE).

Cómo mejorar tu La inteligencia emocional

Bradberry y Greaves sostienen que se puede mejorar la inteligencia emocional practicando estrategias específicas para desarrollar cada una de las cuatro habilidades. Una vez más, la clave es trabajar en ellas de forma secuencial. Empiece por la conciencia de uno mismo y añada luego la autogestión. A continuación, dirija su atención hacia el exterior a través de la conciencia social y, por último, integre todo ello en la gestión de las relaciones.

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Mejorar la conciencia de uno mismo implica aprender a reconocer las emociones a medida que surgen y comprender mejor los propios patrones de comportamiento. Bradberry y Greaves recomiendan estas estrategias para desarrollar esta habilidad fundamental:

Comprenda sus señales físicas. Su cuerpo responde a las emociones de maneras específicas, y aprender a reconocer estas señales físicas le ayuda a identificar las emociones rápidamente. Los autores sugieren tomarse unos minutos para cerrar los ojos y prestar atención a los latidos de su corazón, su patrón de respiración y la tensión muscular. A continuación, recuerde un momento que le provoque una emoción fuerte, tal vez una ocasión en la que se sintió ansioso o enfadado, y preste atención a cómo cambia su cuerpo. Es posible que notes que la ansiedad te provoca tensión en el estómago y respiración superficial, o que la ira te hace apretar la mandíbula y tensar los hombros. Una vez que hayas identificado estos patrones físicos, puedes utilizarlos para sintonizar con las emociones emergentes antes de que te abrumen en tu vida diaria.

(Shortform : Las investigaciones sugieren que la interocepción—el procesamiento por parte del cerebro de las señales procedentes del interior del cuerpo—no es una capacidad única y unificada. Las diferentes señales viajan a través de distintas vías neuronales que convergen en regiones del cerebro como la ínsula. Ser bueno detectando una señal no significa que seas bueno detectando otras, por lo que hay que practicar prestando atención a las diferentes sensaciones por separado. El cerebro no solo recibe estas señales de forma pasiva, sino que predice lo que se debe sentir basándose en experiencias pasadas. Por ejemplo, cuando se nota que el corazón late con fuerza, el cerebro interpreta esa señal basándose en situaciones pasadas en las que se sintieron sensaciones similares y en lo que significaban en ese contexto).

Identifica tus desencadenantes. Los desencadenantes son las personas, situaciones o comportamientos específicos que, en tu caso, provocan fuertes reacciones emocionales. Bradberry y Greaves explican que conocer tus desencadenantes te permite prepararte para ellos en lugar de que te pillen desprevenido. Haz una lista detallada de lo que te molesta: tal vez te frustra que la gente te interrumpa, te pones nervioso antes de hacer una presentación en el trabajo o te pones a la defensiva cuando tu pareja te critica. Sé lo más específico posible. Cuanto más preciso seas al nombrar tus desencadenantes, mejor podrás anticipar los momentos en los que es probable que surjan, lo que reducirá la probabilidad de que reacciones mal en ese momento.

(Shortform : La idea de identificar tus desencadenantes se basa en la terapia cognitivo-conductual (TCC), uno de los enfoques más investigados para gestionar las reacciones emocionales. Los expertos hacen hincapié en la importancia de identificar la situación concreta que te desencadena, en lugar de un patrón general. Por ejemplo, en lugar de pensar «Me pongo a la defensiva cuando me critican», podrías darte cuenta de que «Me pongo a la defensiva cuando mi jefe señala errores en mi trabajo en las reuniones de equipo». Esto te ayuda a distinguir entre lo que realmente ocurre (un comentario específico en un contexto específico) y la conclusión extrema a la que podrías llegar («No soporto ninguna crítica»). Cuanto más específico seas al nombrar el desencadenante, mejor podrás prepararte para situaciones similares).

No etiquetes las emociones como «buenas» o «malas». Los autores enfatizan que juzgar tus sentimientos como buenos o malos añade una capa adicional de emoción —como la vergüenza o el orgullo— a lo que ya estás experimentando. Esto complica tu estado emocional y te dificulta procesar eficazmente el sentimiento original. Cuando notes una emoción, simplemente identifícala sin juzgarla: «Ahora mismo me siento frustrado», en lugar de «Es malo que me sienta frustrado ahora» o «No debería sentirme frustrado». Este reconocimiento neutral permite que la emoción surja, exista y, finalmente, pase sin que te enredes en la autocrítica o la autocomplacencia.

(Shortform : El consejo de evitar etiquetar las emociones refleja un principio fundamental de la atención plena. En Wherever You Go, There You Are, Jon Kabat-Zinn aconseja cultivar la capacidad de observar tu experiencia sin categorizarla. Cuando juzgas una emoción, te encerras en reacciones automáticas y creas lo que Kabat-Zinn llama un efecto «yo-yo», en el que tu mente rebota entre juicios . La solución no es dejar de juzgar, sino simplemente darse cuenta de cuándo surge el juicio. Kabat-Zinn sugiere pensar en las emociones como nubes que pasan por el cielo: aparecen, permanecen brevemente y luego desaparecen. Esta observación sin juicios crea un espacio entre tus emociones y tus reacciones, lo que te da una mayor libertad frente al malestar emocional).

Practique la autogestión

Bradberry y Greaves escriben que una vez que puedes reconocer tus emociones, el siguiente paso es aprender a gestionarlas de forma eficaz. Para mejorar tus habilidades de autogestión, debes utilizar tu autoconciencia para controlar tu comportamiento y canalizar tus emociones de forma productiva.

Concéntrate en tu respiración. Tu cerebro necesita oxígeno para funcionar correctamente, pero Bradberry y Greaves señalan que el estrés hace que la mayoría de las personas respiren de forma superficial, privando al cerebro de lo que necesita. Cuando tu cerebro carece de oxígeno suficiente, da prioridad a funciones básicas como la visión y el movimiento por encima de procesos complejos como el pensamiento racional y la regulación emocional. Cuando sientas que te invaden emociones fuertes —ira durante una conversación tensa, ansiedad antes de una presentación importante— respira profundamente varias veces por la nariz, llenando el estómago en lugar de solo el pecho. Respirar profundamente calma tu sistema nervioso y reactiva tu cerebro racional, lo que te permite controlar mejor cómo respondes a las emociones que estás experimentando.

¿Por qué la respiración profunda te calma?

Los autores señalan que la respiración profunda ayuda porque el cerebro necesita oxígeno para pensar con claridad, y el estrés provoca una respiración superficial que priva al cerebro de oxígeno. Los investigadores han identificado mecanismos adicionales que explican por qué la respiración profunda es tan útil para regular las emociones. El mecanismo principal involucra al nervio vago, que va desde el tronco cerebral hasta los órganos principales. Cuando respiras lenta y profundamente, estimulas este nervio, que envía señales al cerebro para activar el sistema nervioso parasimpático (el modo de «descanso y digestión» del cuerpo). Esto contrarresta el sistema nervioso simpático (la respuesta de «lucha o huida»), reduciendo la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la sensación de estrés.

Las investigaciones sugieren que el acto de exhalar puede ser especialmente importante. La inhalación aumenta la frecuencia cardíaca, mientras que la exhalación la disminuye, un fenómeno normal denominado arritmia sinusal respiratoria. Por eso muchas técnicas de respiración hacen hincapié en exhalaciones más largas y lentas, que maximizan la activación vagal y producen el efecto calmante más intenso. Otro posible mecanismo detrás de la eficacia de la respiración profunda tiene que ver con el dióxido de carbono (CO2) más que con el oxígeno. Cuando se ralentiza la respiración y se inhala un poco menos de aire, los nivelesde CO2 en la sangre aumentan ligeramente. Esto es beneficioso porqueel CO2 actúa como vasodilatador, abriendo los vasos sanguíneos y permitiendo que llegue más sangre rica en oxígeno al cerebro y al corazón.

Crea listas de «emoción frente a razón». Cuando te enfrentes a una decisión difícil, los autores recomiendan hacer una lista con dos columnas. En una columna, escribe lo que tus emociones te dicen que hagas. En la otra, escribe lo que sugiere el razonamiento lógico. A continuación, compara ambos lados y considera en qué aspectos la emoción podría estar nublando tu juicio, así como en qué aspectos la lógica podría estar ignorando información emocional importante. Por ejemplo, si estás decidiendo si despedir a un empleado con bajo rendimiento, tus emociones podrían decirte «dale otra oportunidad», mientras que la razón podría decirte «esto está afectando a todo el equipo». Examinar ambas perspectivas te ayuda a tomar una decisión que equilibra las consideraciones emocionales y racionales, en lugar de dejar que una domine sobre la otra.

(Shortform : La lista «emoción frente a razón» refleja fielmente un concepto de la terapia dialéctica conductual (TDC) denominado«mente sabia». La TDC describe tres estados mentales: mente emocional (tomar decisiones basadas únicamente en los sentimientos), mente razonable (tomar decisiones basadas únicamente en la lógica y los hechos) y mente sabia (la integración de ambas). La mente sabia te permite reconocer tus sentimientos al tiempo que tienes en cuenta los hechos. La lista de emoción frente a razón de los autores es esencialmente una herramienta para acceder a tu mente sabia: al escribir ambas perspectivas, creas un espacio para integrarlas en lugar de dejar que una domine tu toma de decisiones. Los profesionales de la TDC enfatizan que acceder a tu mente sabia es una habilidad que mejora con la práctica).

Mantén un diálogo interno positivo. La narrativa de tu voz interior, lo que los autores denominan «diálogo interno», afecta significativamente a tu estado emocional. Bradberry y Greaves explican que un diálogo interno negativo puede convertir una situación manejable en una abrumadora, mientras que un diálogo interno positivo te ayuda a mantenerte resiliente. Recomiendan evitar hablar contigo mismo con afirmaciones absolutas como «Siempre lo estropeo todo» o «Nunca tengo éxito». Estas afirmaciones no son objetivas, son juicios que crean una negatividad innecesaria. En su lugar, haz observaciones objetivas: «Esta vez he cometido un error» o «Esto es difícil, pero puedo superarlo». Este cambio mantiene tu diálogo interno basado en la realidad, en lugar de catastrofizar o generalizar a partir de un solo incidente.

La neurociencia detrás del diálogo interno

Las investigaciones en neurociencia revelan que la forma en que te hablas a ti mismo cambia físicamente los patrones de actividad de tu cerebro. Los estudios que utilizan resonancias magnéticas funcionales muestran que las afirmaciones positivas activan regiones del cerebro llamadas estriado ventral y corteza prefrontal ventromedial. Estas son las mismas áreas que se activan cuando recibes una recompensa tangible, lo que sugiere que el diálogo interno positivo esencialmente «recompensa» a tu cerebro. Esto tiene el efecto de hacerte más receptivo a los desafíos y menos defensivo cuando enfrentas amenazas.

Además, las palabras específicas que utilizas son importantes. Las investigaciones demuestran que sustituir afirmaciones absolutas como «siempre fracaso» por observaciones objetivas como «esta vez he cometido un error» no solo suena diferente,sino que activa diferentes vías neuronales. Este enfoque objetivo del diálogo interno activa las regiones de la función ejecutiva que te ayudan a resolver problemas, mientras que las afirmaciones catastróficas activan redes relacionadas con el estrés que dificultan el pensamiento claro. Los estudios también revelan que hablarte a ti mismo utilizando tu propio nombre (en lugar de «yo») crea una distancia psicológica que te ayuda a darte mejores consejos, de forma similar a como aconsejarías a un amigo.

Sin embargo, la situación es más compleja que «lo positivo siempre es mejor». Investigaciones recientes que comparan el diálogo interno positivo y negativo han descubierto que el diálogo interno negativo a veces puede mejorar el rendimiento al reducir el exceso de confianza y aumentar la motivación para evitar el fracaso. Esto sugiere que el diálogo interno más eficaz puede depender de la situación: las afirmaciones positivas funcionan bien para generar confianza antes de los retos, mientras que las autoevaluaciones más críticas (pero aún así objetivas) pueden ayudar cuando se necesita mantenerse alerta y evitar la complacencia.

Desarrollar la conciencia social

Una vez que hayas desarrollado la capacidad de reconocer y gestionar tus propias emociones, puedes centrar tu atención en comprender a los demás. Desarrollar tu conciencia social significa aprender a interpretar con precisión los estados emocionales de otras personas y comprender qué motiva su comportamiento.

Escucha activamente. Bradberry y Greaves enfatizan que escuchar de verdad requiere centrarse completamente en la otra persona: no solo en sus palabras, sino también en su tono, volumen y ritmo, que a menudo revelan más que el contenido de lo que están diciendo. Deja lo que estés haciendo, mira a los ojos y presta toda tu atención a la persona. No formules tu respuesta mientras aún está hablando y resiste la tentación de interrumpirla. Alguien que habla rápido y en voz baja puede sentirse intimidado o nervioso. Alguien cuya voz suena más aguda de lo habitual puede estar frustrado, aunque sus palabras parezcan neutras. Escuchar activamente te ayuda a captar estas señales y a responder adecuadamente a lo que la persona está sintiendo, no solo a lo que está diciendo.

Observa el lenguaje corporal. Los autores explican que el cuerpo de las personas suele revelar información emocional que sus palabras pueden no revelar. Aprende a prestar atención a las señales clave: ¿mantienen el contacto visual (lo que suele indicar sinceridad y comodidad) o lo evitan (lo que sugiere incomodidad o falta de honestidad)? ¿Su sonrisa llega a los ojos (genuina) o se limita a la boca (forzada)? ¿Tienen los hombros levantados y tensos o relajados? ¿Su postura es abierta o cerrada? Estas señales físicas pueden ayudarte a comprender el verdadero estado emocional de alguien. Si un compañero dice que está bien, pero tiene los hombros tensos y evita el contacto visual, su cuerpo te está diciendo que en realidad no está bien, y puedes ajustar tu enfoque en consecuencia.

Cómo integra tu cerebro múltiples señales para comprender a los demás

El énfasis de Bradberry y Greaves en la escucha activa y la observación del lenguaje corporal refleja una verdad sobre cómo entendemos a los demás: nuestros cerebros no procesan estas señales por separado, sino que consideran estas diferentes fuentes de información simultáneamente. Las investigaciones en neurociencia demuestran que, cuando interactuamos cara a cara, nuestros cerebros combinan automáticamente lo que oímos con lo que vemos para comprender el estado emocional de alguien. Procesamos rápidamente la información verbal y no verbal de forma conjunta, incluso antes de ser conscientes de ello.

Esta integración es la razón por la que los autores insisten en prestar atención tanto a lo que dicen las personas como a cómo lo dicen: el cerebro necesita ambos flujos de información para interpretar con precisión los estados emocionales. Sin embargo, su consejo de establecer contacto visual y prestar atención a las señales físicas supone que estamos interactuando con ellas en persona. Cuando, en cambio, nos comunicamos a través de pantallas (como en las videollamadas), nuestro cerebro sigue intentando combinar la información auditiva y visual, pero las señales visuales son incompletas o distorsionadas. La compresión de vídeo difumina las expresiones faciales, los ángulos de cámara impiden el contacto visual y las vistas limitadas hacen que nos perdamos el lenguaje corporal.

Debido a que nuestros cerebros están trabajando con información degradada, tenemos que realizar un esfuerzo cognitivo adicional para intentar reconstruir una imagen completa de lo que alguien quiere decir. Esta interrupción tiene consecuencias cuantificables: los fallos técnicos durante las videollamadas reducen la confianza y dan lugar a juicios más severos, y la ausencia de un contacto visual funcional hace que las conversaciones sean menos eficientes y productivas.

Practique la empatía. La empatía significa ponerse activamente en el lugar de otra persona para comprender su perspectiva y sus sentimientos. Bradberry y Greaves recomiendan pensar en cómo ha respondido alguien a situaciones en el pasado, teniendo en cuenta sus antecedentes y experiencias, y observando cómo se comporta en diferentes entornos. Esto le ayuda a comprender por qué reacciona de la manera en que lo hace. Si un miembro del equipo que normalmente participa activamente de repente parece retraído, la empatía puede llevarte a considerar si algo en su vida personal le está afectando o si algo en el trabajo le ha hecho sentir incómodo. Esta comprensión te permite responder a sus necesidades reales en lugar de hacer suposiciones.

(Shortform : Los psicólogos debaten qué tipo de empatía es más valiosa. En Against Empathy, Paul Bloom distingue entre la empatía emocional, o sentir lo que sienten los demás, y la compasión, o preocuparse por los demás sin reflejar sus emociones. Bloom sostiene que la empatía emocional es agotadora y puede nublar el juicio moral, mientras que la compasión permite una bondad más sostenible. Jamil Zaki (La guerra por la bondad) sostiene que la distinción de Bloom es demasiado rígida y que, en la práctica, la empatía y la compasión funcionan juntas. Bloom ha aclarado que su crítica se dirige únicamente a la empatía emocional como guía moral, y le preocupa que algunos hayan utilizado erróneamente su argumento contra la empatía para justificar la insensibilidad hacia las personas vulnerables).

Fortalecer la gestión de relaciones

Por último, la gestión de las relaciones reúne las tres habilidades anteriores. Aquí es donde utilizas tu autoconciencia, autogestión y conciencia social para aprender a construir y mantener relaciones sólidas con los demás.

Sé abierto y muestra interés. Bradberry y Greaves explican que ser abierto y compartir información personal adecuada ayuda a los demás a comprender tu comportamiento y tus motivaciones, lo que reduce la posibilidad de malentendidos. Cuando explicas tus antecedentes, preferencias o razonamientos, las personas pueden interpretar tus acciones con mayor precisión. Del mismo modo, muestra un interés genuino por la vida de los demás (más allá de los temas de trabajo). Pregunta por sus antecedentes, familias e intereses. Esto crea una conexión y te proporciona un contexto para comprender sus elecciones y reacciones. Por ejemplo, si sabes que un compañero tiene hijos pequeños en casa, comprenderás mejor por qué necesita salir puntualmente a las 5 de la tarde, en lugar de interpretarlo como una falta de compromiso.

Cómo lograr el equilibrio adecuado entre la apertura y la curiosidad

El consejo de los autores de compartir información personal y mostrar un interés genuino por los demás coincide con el trabajo de la investigadora Brené Brown (El poder de ser vulnerable), que demuestra que para establecer una conexión significativa es necesario estar dispuesto a mostrarse tal y como se es y sentir curiosidad por los demás. Sin embargo, Brown destaca matices importantes sobre ambos lados de esta ecuación. En cuanto a la revelación de información personal, descubrió que algunos de los líderes más auténticos en realidad comparten muy poco sobre su vida personal, mientras que los líderes que comparten en exceso podrían estar están fingiendo la conexión en lugar de crearla. La clave está en pensar en tu intención cuando consideres compartir información sobre ti mismo.

En cuanto a interesarse por los demás, la investigación de Brown revela que, en realidad, no podemos reconocer lo que alguien siente con solo observarlo, sino que tenemos que preguntar y escuchar. Ella denomina«administración de historias» el hecho de ser un buen oyente, lo que significa honrar lo que alguien comparte manteniendo la curiosidad, afirmando su experiencia y creyendo en lo que te cuenta cuando te explica lo que algo significó para él. Las mayores amenazas para esto son callar a las personas cuando nos sentimos incómodos o secuestrar su historia para que la conversación gire en torno a nosotros. Brown señala que estar genuinamente abierto a los demás no tiene por qué ser de una determinada manera: se trata de escuchar, dar espacio y comunicar que la otra persona no está sola.

Muestra tu agradecimiento de forma constante. Bradberry y Greaves hacen hincapié en que reconocer las contribuciones de los demás fortalece tus relaciones y genera confianza. Cuando alguien haga un buen trabajo, reconócelo inmediatamente. Cuando superen las expectativas, muéstrales tu gratitud. No es necesario hacer grandes gestos: un agradecimiento sincero, una breve nota o invitar a alguien a comer pueden comunicar poderosamente su agradecimiento. Hacer un esfuerzo constante por mostrar su agradecimiento demuestra que usted se fija en lo que hacen los demás y lo valora, lo que hace que sean más propensos a colaborar con usted y apoyarle cuando lo necesite.

(Shortform : El escritor George Saunders ofrece una perspectiva más profunda sobre por qué es importante mostrar agradecimiento. En su opinión, los pequeños gestos de reconocimiento no son triviales, sino que son los que mantienen unidas las relaciones y las comunidades. Saunders sostiene que la gratitud es esencialmente «realismo»: un reconocimiento de lo fácil que es que las cosas salgan mal cada día y un agradecimiento por el esfuerzo que otra persona hace para garantizar que las cosas salgan bien. Esto significa que cuando agradeces a las personas sus contribuciones en el trabajo, como recomiendan Bradberry y Greaves, estás reconociendo que su esfuerzo realmente importó y mejoró tu vida. Este realismo, sugiere Saunders, es la base para construir conexiones genuinas con otras personas).

Maneje las conversaciones difíciles de manera eficaz. Los autores sugieren un proceso paso a paso para manejar las conversaciones en las que hay desacuerdo o tensión. En primer lugar, comience por establecer un terreno común, algo en lo que estén de acuerdo o un objetivo compartido, para crear una conexión. A continuación, pida a la otra persona que comparta su punto de vista mientras usted escucha activamente. Una vez que comprenda su punto de vista, explique su posición, teniendo en cuenta su estado emocional. Por último, dirija la conversación hacia una resolución. Después, compruebe periódicamente si se ha restablecido la confianza si la discusión ha sido especialmente difícil. Este enfoque preserva o incluso fortalece las relaciones, ya que ambas personas se sienten escuchadas y respetadas, incluso cuando no están totalmente de acuerdo.

Restablecer la seguridad cuando las conversaciones se descarrilan

El consejo de Bradberry y Greaves para manejar conversaciones difíciles asume que has creado un entorno seguro en el que ambas partes se sienten cómodas para compartir con sinceridad. Pero en Conversaciones cruciales, Kerry Patterson, Joseph Grenny, Ron McMillan y Al Switzler explican que las conversaciones difíciles a menudo se descarrilan porque las personas ya no se sienten seguras. Cuando las personas se sienten atacadas, menospreciadas o ignoradas, responden retirándose (guardando silencio, dando respuestas mínimas) o atacando (poniéndose a la defensiva, alzando la voz, descartando tus preocupaciones).

Para volver a encauzar la conversación, hay que hacer una pausa y abordar directamente la cuestión de la seguridad. Una técnica eficaz es el «contraste»: aclarar lo que no se pretende y lo que sí se pretende . Por ejemplo, se podría decir: «No quiero que pienses que estoy cuestionando tu competencia, lo que quiero es que averigüemos cómo podemos colaborar de forma más eficaz». Una vez restablecida la seguridad, se puede volver al tema.

Para entender por qué esto funciona, hay que reconocer qué es lo que hace que las conversaciones difíciles nos hagan sentir inseguros en primer lugar. En Conversaciones difíciles, Bruce Patton, Douglas Stone y Sheila Heen explican que la actitud defensiva suele surgir porque las personas perciben las críticas como un ataque a su identidad: su competencia, su carácter o su valor. Cuando se transmite una opinión difícil, la otra persona puede preguntarse: «¿Significa esto que soy incompetente? ¿Soy una mala persona?». La técnica de contraste aborda estas preocupaciones directamente. Al expresar explícitamente lo que no se quiere decir («No quiero que pienses que estoy cuestionando tu competencia»), se tranquiliza a la otra persona sobre su identidad, lo que restaura la seguridad necesaria para discutir el tema que realmente nos ocupa.

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Aquí tiene un avance del resto del resumen en PDF de Shortform La inteligencia emocional 2.0:

Resumen en PDF Capítulos 1-4: ¿Qué es La inteligencia emocional?

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  • Enfrentarse a un ladrón puede causar parálisis temporal.
  • Ganar la lotería puede hacer que se te doblen las rodillas.
  • Oír un ruido fuerte puede hacerle saltar.

El secuestro emocional nubla su juicio y no da a su cerebro racional la oportunidad de informar sus decisiones. Unas altas habilidades de Inteligencia Emocional te permiten reconocer tus desencadenantes y evitarlos o manejarlos eficazmente.

Shortform Nota breve: lea más sobre el secuestro emocional y la importancia de la Inteligencia La inteligencia emocional en nuestro resumen de La inteligencia emocional de Daniel Goleman aquí).

Razón nº 3: La Inteligencia Emocional te ayuda a controlar tus pensamientos y a desarrollar hábitos saludables. No tienes control directo sobre tus emociones, especialmente cuando algo las desencadena. Sin embargo, sí puedes controlar tus pensamientos. Puedes calmarte y manejar tus emociones pensando en la perspectiva, el momento oportuno y otras habilidades de Inteligencia Emocional.

Razón nº 4: La Inteligencia Emocional ayuda a tener éxito. Una alta Inteligencia Emocional desarrolla habilidades directamente relacionadas con el éxito (como desenvolverse en situaciones complejas y mantener la calma bajo presión). Según un estudio:

  • La Inteligencia Emocional está directamente relacionada con el 58% de las competencias en el lugar de trabajo.
  • Las personas con un coeficiente intelectual más alto...

Resumen en PDF Capítulo 5: Autoconciencia

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15 tácticas para desarrollar el autoconocimiento

Explore sus emociones

Táctica nº 1: Comprenda los efectos físicos de sus emociones. Cierre los ojos y examine diferentes factores físicos como los latidos de su corazón, la respiración y la tensión muscular. A continuación, rememore un recuerdo que le provoque una fuerte respuesta emocional. Fíjese en cómo cambia su cuerpo (puede notar que la emoción hace que su estómago...

Resumen en PDF Capítulo 6: Autogestión

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Comportamiento reactivo: Cuando la Autogestión está Presente, Usted se toma tiempo para encontrar las mejores soluciones a largo plazo en lugar de tomar decisiones basadas en reacciones emocionales. Cuando la autogestión está ausente, tomas decisiones basadas en tu reacción inmediata, aunque tu solución no sea la más eficaz.

Flexibilidad: Cuando la autogestión está presente, aceptas el feedback dejando a un lado la inseguridad y trabajando para mejorar o ajustar tu aportación. Cuando la autogestión está ausente, cuando recibes feedback, te quedas atascado en tu inseguridad y te pones a la defensiva.

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16 tácticas para desarrollar la autogestión

Recopile sus pensamientos

Táctica nº 1: Concéntrate en tu respiración. El cerebro necesita oxígeno para funcionar correctamente. Especialmente cuando están estresadas, las personas no respiran con suficiente profundidad a lo largo del día, lo que priva al cerebro de un valioso oxígeno. Cuando al cerebro le falta oxígeno, prioriza las necesidades básicas (como el tacto o la vista) sobre los procesos complejos (como el pensamiento o la emoción). Cuando respiras profundamente, tu cerebro racional se activa y tu cuerpo se calma. Para respirar correctamente:

  • Inspira por la nariz y envía el aliento al estómago
  • Inhala hasta que sientas que tu estómago se hincha y...

Lo que dicen nuestros lectores

Este es el mejor resumen de La inteligencia emocional 2.0 que he leído. Aprendí todos los puntos principales en solo 20 minutos.

Más información sobre nuestros resúmenes →

Resumen en PDF Capítulo 7: Conciencia social

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16 tácticas para desarrollar la conciencia social

Escuchar y aprender

Táctica nº 1: Escuchar con atención. Escuchar no es sólo oír palabras. El tono, el volumen y el ritmo señalan el subtexto y la emoción (por ejemplo, si una persona habla rápido y en voz baja, puede que se sienta intimidada).

Quédate...

Resumen en PDF Capítulo 8: Gestión de las relaciones

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16 tácticas para desarrollar la gestión de relaciones

Abrazar la apertura

**Táctica nº 1: Sé abierto y toma...

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1) Párrafo para captar lo esencial
2) Resumen de una página, para captar lo esencial
3) Resumen y análisis completos, con todos los puntos y ejemplos útiles