Lanzamos la palabra "valiente" con bastante facilidad. Pero, ¿qué significa realmente ser valiente?
Resulta que la valentía no consiste sólo en no tener miedo o en grandes gestos heroicos. Los autores Ryan Holiday(El valor llama), Brendon Burchard(Hábitos de alto rendimiento) y Mariann Edgar Budde(Cómo aprendemos a ser valientes) describen la valentía como algo más matizado -y más accesible- de lo que podría pensarse. Se trata de seguir adelante a pesar del miedo, tomar decisiones deliberadas cuando es importante y mantener la esperanza cuando rendirse parece más fácil. Siga leyendo para saber cómo es la verdadera valentía.
Índice
Qué significa ser valiente
Los que piensan en profundidad van mucho más allá de la definición del diccionario para ofrecer ricas descripciones de lo que significa ser valiente. Echemos un vistazo a lo que los filósofos antiguos y los observadores sociales de hoy tienen que decir sobre el verdadero significado del coraje.
La valentía es miedo más acción
En su libro El valor llamaRyan Holiday define la valentía como hacer lo correcto aunque tengas miedo. Todos tememos que nos hagan daño y perder lo que nos es valioso, pero ser valiente significa dejar de lado ese miedo y seguir el camino de tu vida a pesar de todo. Esto puede significar cualquier cosa, desde mantener un límite personal difícil con un ser querido hasta defender a un extraño que está siendo acosado en la calle.
En general, Brendon Burchard coincide con Holiday en la definición de valentía. En su libro Hábitos de alto rendimientoescribe que la valentía es la voluntad de emprender acciones decididas al servicio de un objetivo digno y sincero a pesar del miedo, el peligro o la adversidad. Estas acciones no tienen por qué ser audaces para ser eficaces. Cualquier paso hacia la superación del miedo o la aceptación de lo incierto es un acto valiente.
La neurociencia de la valentía Las investigaciones neurocientíficas sugieren que la capacidad de valentía está literalmente incorporada a nuestro cerebro. Cuando nos enfrentamos a situaciones amenazadoras, se produce una competición neurológica entre el miedo y el valor. Las investigaciones realizadas con imágenes cerebrales han identificado una región denominada corteza cingulada anterior subgenual (sgACC) que actúa suprimiendo nuestras respuestas de miedo durante estos momentos cruciales, preparándonos para actuar con valentía incluso cuando sentimos miedo. Las investigaciones neurocientíficas también parecen apoyar la idea de que la valentía no requiere la ausencia de miedo: en su lugar, actuar con valentía parece requerir un desajuste entre nuestra conciencia cognitiva del miedo y nuestra respuesta fisiológica al mismo. Cuando sentimos miedo conscientemente pero nuestro cuerpo no muestra reacciones físicas fuertes (o viceversa), es más probable que actuemos con valentía. Sólo cuando tanto el miedo consciente como la excitación física son elevados, sucumbimos al miedo. Estos resultados coinciden con la afirmación de Budde de que podemos aumentar nuestra capacidad de valentía. Cada vez que elegimos actuar con valentía, estamos recableando nuestro cerebro y reforzando las vías neuronales que hacen más accesibles los futuros actos de valentía. |
La valentía es solidaridad y esperanza
Holiday sostiene que lo contrario del valor no es el miedo ni la cobardía, sino la apatía y la desesperación. No puedes controlar todos los males del mundo ni el miedo que inspiran, pero puedes elegir cómo respondes a ellos. Si la valentía consiste en superar el miedo y pasar a la acción, la apatía consiste en ceder al miedo eligiendo no actuar.
Las personas valientes se mueven por la esperanza y no por el miedo. Creen en un futuro mejor y trabajan para encontrar soluciones a los problemas del mundo. Siempre se preocupan por el sufrimiento de los demás y encuentran sentido a sus esfuerzos por ayudar.
Holiday afirma que las personas apáticas se convencen a sí mismas de que no pueden hacer ningún cambio real. Se protegen a sí mismas con su inacción, ya que no intentarlo significa no tener que correr riesgos ni defraudar a nadie. Sin embargo, la apatía y la desesperación son profecías autocumplidas: La única forma de garantizar que el mundo no mejore es no intentar nunca mejorarlo.
How to Combat Feelings of Hopelessness Holiday sostiene que las personas valientes se aferran a la esperanza e intentan lograr un cambio positivo pase lo que pase, pero eso es mucho más fácil decirlo que hacerlo. Un flujo constante de malas noticias puede provocar sentimientos de desesperanza en la persona más fuerte, y la apatía a menudo se forma como una respuesta protectora a esta desesperanza (en lugar de deberse a una verdadera falta de preocupación por los problemas del mundo). Dicho esto, hay formas proactivas de combatir la desesperanza en tiempos de crisis. Nombra las emociones que sientes. Para empezar a regular tus emociones, tienes que ser capaz de etiquetarlas. Ve más allá del malestar general de la desesperanza y trata de descubrir todas sus sutilezas: ira, miedo, pena, preocupación, impotencia, etcétera. La meditación y escribir un diario pueden ayudarte a trabajar con estos sentimientos estratificados. Protege tu energía. Cuídate con una dieta sana, actividad física y sueño de calidad. Tómese descansos cuando los necesite, sea amable consigo mismo y dedique tiempo a las actividades que le producen alegría. Cultive relaciones significativas. Pasa tiempo con las personas que se preocupan por ti y te apoyan. Abrirte a tus problemas puede animarles a compartir sus propias preocupaciones, y podéis apoyaros mutuamente. Habla con un profesional de la salud mental. La desesperanza y la apatía persistentes pueden tener implicaciones mayores para tu salud, contribuyendo a alteraciones del sueño, cambios en el apetito y diagnósticos como ansiedad y depresión. Cuando tus estrategias de afrontamiento no funcionan, hablar con un terapeuta puede ayudarte a trabajar en las raíces de tus sentimientos y a encontrar estrategias para mejorar tu calidad de vida. |
La valentía es tomar decisiones conscientes en momentos decisivos
En su libro Cómo aprendemos a ser valientesMariann Edgar Budde describe la valentía como decisiones deliberadas en los momentos cruciales de la vida. Todos pasamos por momentos cruciales en nuestra vida en los que actuamos en lugar de funcionar con el piloto automático. Estos momentos pueden implicar la decisión de tomar una nueva dirección, seguir comprometidos con nuestro camino, empezar algo nuevo, aceptar circunstancias difíciles o aprovechar una oportunidad. Los momentos decisivos implican tomar una decisión deliberada cuando algo importante pende de un hilo. Budde explica que somos conscientes de la importancia de estos momentos a medida que los experimentamos. No nos limitamos a reaccionar ante las circunstancias, sino que participamos activamente en la configuración de nuestro futuro.
(Nota breve: tanto en el marco de Budde como en los escritos del fotógrafo Henri Cartier-Bresson, el "momento decisivo" surge como un punto significativo en nuestro compromiso con el mundo. Para Cartier-Bresson, estos momentos se producen cuando los elementos visuales se alinean temporalmente para revelar verdades más profundas: El fotógrafo no crea este momento, sino que lo ve y lo captura. Del mismo modo, los momentos decisivos de Budde no se crean, sino que se reconocen y se actúa en consecuencia. Ambos los ven como encuentros entre nuestros mundos interior y exterior, en los que la preparación permite el reconocimiento. Para Cartier-Bresson, el resultado es un equilibrio entre nuestra visión subjetiva y la realidad objetiva. Y, para Budde, crea una intersección en la que nuestros valores se encuentran con nuestras circunstancias).
¿La valentía siempre ha significado lo mismo? La visión de Budde de la valentía como una elección consciente se hace eco de las ideas sobre la valentía que han evolucionado a lo largo de la historia de la humanidad. Por ejemplo, la antigua visión griega de la valentía es a la vez similar y diferente de nuestro punto de vista actual. Para los antiguos atenienses, el valor (andreia) era específicamente una virtud masculina que surgía de la destreza en el campo de batalla. La propia palabra proviene del griego y significaba algo más cercano a la "hombría" que nuestro concepto moderno de valor, neutro en cuanto al género. Cuando las mujeres mostraban acciones audaces en la tragedia ateniense, se las presentaba como monstruosas por salirse del papel que les correspondía. Pero no todos los griegos lo veían así. Sócrates sostenía que las mujeres podían tener el mismo valor que los hombres, y mientras que a los atenienses les escandalizaba que las mujeres actuaran con decisión en la batalla, los espartanos celebraban el valor de las mujeres. Los filósofos griegos, en particular Platón y más tarde Aristóteles, ampliaron el valor más allá del combate y lo convirtieron en una piedra angular del carácter ético. Elevaron el valor a la categoría de una de las cuatro virtudes cardinales (junto con la sabiduría, la justicia y la templanza) esenciales para la excelencia moral. El Sócrates de Platón definió el coraje como "la sabiduría de lo que es y no es de temer", sugiriendo que el verdadero coraje implicaba enfrentarse a los peligros adecuados por las razones adecuadas, no por intrepidez. Aunque los héroes míticos griegos ocupan un lugar destacado en nuestra imaginación cultural y sugieren que el coraje siempre ha estado relacionado principalmente con la guerra y la destreza individual en la batalla, esta visión del coraje nunca fue universal, ni siquiera en la tradición occidental. Los romanos hacían hincapié en que la verdadera valentía implicaba vivir de acuerdo con los principios y valores de cada uno, nosólo la valentía física. Las investigaciones sugieren que incluso antes de la antigua Grecia, las sociedades prehistóricas podían haber valorado más la cooperación que la competición. En esta época, parece que la violencia colectiva entre grupos podría haber sido la excepción y no la regla. Para nuestros antepasados, la valentía podía tener menos que ver con la guerra y más con permanecer unidos en un mundo incierto. Aristóteles identificó la valentía como la virtud entre los extremos de la cobardía -no tener la fortaleza para hacer lo que se debe hacer- y la temeridad -actuarcuando no se debe-. Aristóteles también introdujo la idea de que el valor es un hábito moral que debe desarrollarse con la práctica. Más tarde, los estoicos nombraron el valor como una de sus cuatro virtudes principales. En el estoicismo, el valor implica liberarse del miedo para poder hacer lo que hay que hacer. El filósofo romano Cicerón también identificó el coraje como una forma de combatir el deseo excesivo, el dolor, la pena, el placer excesivo y la ira. Alguien que tiene un alma grande y valiente es indiferente a las circunstancias externas, lo que significa que ninguna fuerza externa le impedirá hacer lo correcto. |
Budde explica que uno de los mitos más persistentes sobre el valor es que aparece de repente en quienes lo tienen por casualidad. Pero no es así como funciona en la vida real. Por el contrario, Budde sostiene que la valentía que ejercemos en momentos decisivos representa la culminación de toda una vida de pequeñas elecciones. Pensemos en el obispo que se enfrenta a un presidente, el activista de los derechos civiles que marcha a pesar de las amenazas, el padre que apoya el difícil camino de su hijo... Estos actos pueden parecer espontáneos, pero expresan valores y prácticas cultivados a lo largo del tiempo. La valentía que presenciamos en estos momentos fue tomando forma decisión tras decisión, reto tras reto.
Esta comprensión transforma nuestra forma de ver el valor en nuestras propias vidas. En lugar de esperar pasivamente a que un momento dramático nos revele si tenemos o no valentía, podemos cultivar la valentía tomando decisiones cotidianas que estén en consonancia con nuestros valores. Cuando reconocemos que la valentía es algo que se aprende con la práctica, nos abrimos a la posibilidad de que cualquiera pueda desarrollar la capacidad de actuar con valentía cuando más importa.
Lo que el valor no significa
Burchard aclara que el valor no incluye acciones que perjudiquen a otras personas o fomenten riesgos innecesarios. Holiday sostiene que la valentía no es necesariamente una acción heroica, y explica que el heroísmo es específicamente la valentía al servicio de otras personas. Los héroes están dispuestos a hacer grandes sacrificios para ayudar a los demás sin ningún beneficio perceptible para ellos mismos. Según la definición de Holiday, el heroísmo siempre implica valentía, pero las acciones valientes no siempre son heroicas.
Holiday afirma que el heroísmo supera el valor cotidiano. Nos permite acceder a un estado del ser más elevado, casi divino, lo que los estoicos denominaban "grandeza de alma" o megalopsuchia. Sin embargo, el heroísmo no puede existir sin el coraje cotidiano: desarrollar el coraje a través de momentos ordinarios de superación de los miedos nos prepara para las oportunidades de ser heroicos cuando se presenten.
(Nota breve: La idea de "grandeza de alma", o megalopsychia, tiene su origen en Aristóteles. [Aunque Holiday lo escribe megalopsuchia, megalopsychia es la grafía más común]. El término también puede traducirse como orgullo o magnanimidad. Para Aristóteles, era el punto medio entre la vanidad y la humildad: una persona es digna del honor que recibe por sus cualidades externas, como la riqueza y el estatus. Más tarde, los estoicos definieron la megalopsychia como un tipo de valentía(andreia): concretamente, como la capacidad de superar la adversidad y emprender grandes acciones por el bien de los demás, coincidiendo con la definición de Holiday de heroísmo).
Cómo nuestros héroes nos hacen mejores Los estudios demuestran que los héroes desempeñan importantes funciones psicológicas en nuestras vidas. Estas funciones pueden dividirse en tres categorías. Mejora: Los héroes ofrecen motivación, esperanza e inspiración a otras personas. Modelado moral: Proporcionan un ejemplo de cómo ser "bueno". Protección: Mantienen a la gente a salvo del peligro y del mal. Acudimos a nuestros héroes en busca de inspiración en tiempos de crisis. Según las conclusiones de los investigadores, el mero hecho de pensar en héroes nos hace sentir más seguros y poderosos. Esto es especialmente cierto cuando nuestras vidas están amenazadas. La próxima vez que te encuentres en un momento de crisis, saca fuerzas pensando en tus héroes personales. |
4 tipos de valor
Burchard identifica cuatro tipos principales de coraje:
- Físico: valor en el que te pones en peligro por una causa digna.
- Moral: valor con el que defiendes tus convicciones frente a la adversidad.
- Psicológico: valor en el que se supera un miedo o ansiedad personal y se crece
- Cotidiano: coraje en el que mantienes el positivismo frente a la incertidumbre
Ejemplos de valentía Aunque hay varias formas de ser valiente, todas implican elegir seguir adelante a pesar del miedo, la incomodidad o el riesgo. Ejemplos de cada tipo de valor: Valor físico: Un bombero corre hacia un edificio en llamas para rescatar a una familia atrapada, sabiendo que se arriesga a sufrir lesiones graves o a morir. Se han entrenado para este momento, pero el peligro es real e inmediato. Actúan de todos modos porque salvar vidas es más importante que su propia seguridad. Valor moral: Un empleado ve cómo su empresa vierte residuos tóxicos ilegalmente y lo denuncia a las autoridades medioambientales, aun sabiendo que puede sufrir represalias, perder su empleo o ser condenado al ostracismo por sus compañeros. Habla porque cree que es lo correcto, a pesar del coste personal. Coraje psicológico: Alguien que lleva toda la vida temiendo hablar en público acepta la oportunidad de hacer una presentación en el trabajo. Le tiemblan las manos y se le acelera el corazón, pero supera la ansiedad, practica con diligencia y pronuncia el discurso. Cada vez que lo hace, se vuelve un poco más fuerte y seguro de sí mismo. Coraje cotidiano: Una persona que atraviesa un divorcio difícil decide levantarse cada mañana con gratitud, mantener una actitud positiva con sus hijos y seguir yendo al trabajo con una sonrisa, incluso cuando siente que se desmorona. Afronta la incertidumbre de su nueva vida con esperanza y no con amargura. |
Más información sobre el significado de la valentía
Para comprender mejor lo que significa tener valor en el contexto más amplio de estos tres libros, eche un vistazo a las guías de Shortform (resumen y análisis) de cada uno de ellos: