¿Quiere hablar claro en el trabajo, abandonar una situación tóxica o simplemente dejar de tomar el camino más fácil? Hemos reunido nueve enfoques que te ayudarán a convertirte en la persona valiente que quieres ser.
Descubra cómo la gente corriente desarrolla un coraje extraordinario con las ideas de los autores Chip Heath y Dan Heath(El poder de los momentos), Mariann Edgar Budde(Cómo aprendemos a ser valientes), Brendon Burchard(Hábitos de alto rendimiento) y Robert Greene(Las 48 leyes del poder).
Índice
- #nº 1: Prepárate para el valor
- #nº 2: Reconocer el valor que ya se tiene
- #3: Toma decisiones cotidianas auténticas
- #4: Apreciar las dificultades
- #5: Luchar por los demás
- #6: Sustituye la indecisión por la audacia
- #7: Desarrollar las virtudes que apoyan el valor
- #8: Sé flexible y práctico en tu enfoque del coraje
- #9: Navegar tras decisiones valientes
- Ejercicio: Reflexiona sobre tus momentos decisivos
- Más información sobre el desarrollo del valor
#nº 1: Prepárate para el valor
En su libro El poder de los momentosChip Heath y Dan Heath escriben que nos sentimos muy orgullosos cuando actuamos con valentía, cuando defendemos a otra persona, denunciamos injusticias o luchamos por algo en lo que creemos. Estos momentos son significativos porque nos muestran de qué estamos hechos. El problema con estos momentos es que es muy difícil crear situaciones que nos exijan valentía: casi siempre ocurren espontáneamente. Sin embargo, puedes practicar y prepararte mentalmente para actuar con valentía cuando sea necesario. Los Heath señalan que, aunque no tengas ningún control sobre cuándo se presentan las oportunidades para actuar con valentía, sí lo tienes sobre cómo reaccionas ante ellas.
(Nota breve: En su libro Cambielos Heath dan nombre a este fenómeno de paralización ante la tarea de elegir: parálisis por decisión. Cuando se le presentan numerosas opciones o ambigüedad, el ser humano está predispuesto a conservar su energía mental optando por defecto por la decisión que le parezca más fácil o familiar, o por no hacer nada en absoluto).
Las respuestas precargadas son reacciones que has grabado en tu memoria para que estén listas de inmediato en una situación que las requiera. Por ejemplo: "Cuando vea que Bill y sus amigos se burlan de mi hermana en el colegio, me acercaré, les pediré que paren y la acompañaré a clase". Mientras piensas en tus respuestas preestablecidas, es útil replantear tus pensamientos y no preguntarte: "¿Qué es lo correcto?". Esta pregunta te obliga a deliberar entre todas las diferentes respuestas "correctas" que podrías tener. En su lugar, pregúntate "¿Cómo ¿Cómo puedo hacer lo correcto? Esta pregunta afirma que sabes lo que es correcto y ahora debes hacerlo realidad. No se trata de lo que deberías hacer , sino de lo que harás.
Ejemplo: Denunciar comentarios inapropiados
Imagina que tu colega hace un comentario racista a otro compañero. Sin ninguna práctica, lo más probable es que te pille tan desprevenido que no hagas nada en respuesta. Sin embargo, ¿qué pasaría si tuvieras una respuesta preparada de antemano? "Sé que María hace bromas insensibles a sus amigos sobre Julie. No está bien y no dejará de hacerlo a menos que se lo comunique a Recursos Humanos. La próxima vez que la oiga hacer un comentario así, le diré: 'Mary, eso que has dicho es realmente inapropiado e irrespetuoso, y como va en contra de los valores de nuestra empresa, te denunciaré a Recursos Humanos'". Lo más probable es que, si hubieras tenido preparada de antemano esta respuesta, habrías estado preparado para alzar la voz la primera vez que oyeras a tu colega hacer este tipo de comentarios.
Respuestas precargadas para momentos personales de coraje
Afirmar que sabes lo que hay que hacer y planificar cómo hacerlo realidad también puede aplicarse a momentos de valentía más pequeños y muy personales. Hacer lo correcto y actuar con integridad es importante, aunque solo lo hagas por ti mismo.
Tal vez esté intentando reducir su consumo de alcohol. El camino hacia la sobriedad está lleno de situaciones que exigirán su capacidad para hacer lo correcto, y usted puede eliminar la indecisión y la tentación de estas situaciones creando respuestas precargadas.
En primer lugar, recuerda replantearte tus pensamientos. Ya sabes qué es lo correcto: evitar situaciones que te tienten a beber. A continuación, determina cómo puedes hacerlo. Identifica tus situaciones desencadenantes y practica tus acciones: "Cuando el camarero me pregunte qué quiero beber, le diré que seltzer". "Cuando vuelva a casa andando después del trabajo, daré la vuelta larga a la manzana para evitar pasar por delante del bar".
Al practicar estos pequeños momentos de valentía para ponerlos en acción, puedes sacar lo mejor de ti mismo y multiplicar tus oportunidades de vivir momentos significativos de orgullo personal.
Intenta crear precompromisos Las respuestas precargadas son un tipo de precompromiso:un pacto que haces contigo mismo sobre la forma en que actuarás en una situación determinada. A veces, ensayar tu respuesta precargada puede no ser un pacto lo suficientemente fuerte como para impulsarte a seguir adelante. Puedes intentar subir la apuesta estableciendo precompromisos más tangibles. En su libro IndistractableNir Eyal describe varias formas de utilizar los precompromisos para empujarte a hacer lo correcto. Crear presión social: Este tipo de pacto, que Eyal denomina "pacto de esfuerzo", es un precompromiso que hace más difícil hacer algo indeseable. Una forma de utilizar un pacto de esfuerzo es establecer un compromiso previo con otra persona: es poco probable que incumplas el compromiso previo debido a la presión añadida de ser "vigilado" por otra persona. Por ejemplo, puedes pedirle a un amigo que te acompañe a casa desde el trabajo todos los días para que no pares en el bar. Pon tu dinero en juego: En este pacto, vinculas dinero a tu precompromiso; si lo rompes, pierdes el dinero. Puedes atar un billete de 100 dólares a tu nevera y hacer un pacto: Si compras cerveza, tienes que quemar el dinero. Cada vez que pienses en comprar cerveza, la pérdida potencial te frenará. Identifícate con tu yo futuro: Haz un precompromiso con la identidad que quieres tener hablando conscientemente de ti mismo como alguien que tiene esa identidad. Por ejemplo, en lugar de decir: "Soy alguien que está intentando dejar de beber", podrías decir: "Soy alguien que está dejando de beber". |
#nº 2: Reconocer el valor que ya se tiene
En su libro Cómo aprendemos a ser valientesMariann Edgar Budde expresa su convicción de que todos poseemos ya la materia prima de la valentía. El problema no es que nos falte valor: Es que a menudo no somos capaces de reconocer y acceder al coraje que ya tenemos. El reto consiste en reconocer que este potencial existe y desarrollar la conciencia y las habilidades para recurrir a él cuando sea necesario.
Parte de este reconocimiento implica reconocer nuestras vulnerabilidades y limitaciones. Contrariamente a la creencia popular, la valentía no requiere intrepidez o una confianza perfecta. De hecho, la valentía surge a menudo cuando reconocemos nuestras dudas y procedemos de todos modos. Entender la valentía de este modo -como una capacidad que podemos desarrollar en lugar de un rasgo que tenemos o del que carecemos- nos permite abordar las ocasiones que nos exigen ser valientes con mayor confianza. Budde escribe que podemos aprender a ser valientes no intentando transformarnos en otra persona, sino convirtiéndonos plenamente en lo que ya somos.
#3: Toma decisiones cotidianas auténticas
Budde cuestiona el mito de que el valor aparece de repente en quienes lo poseen. Por el contrario, la valentía en momentos decisivos representa la culminación de pequeñas elecciones realizadas a lo largo del tiempo. Cuando un obispo se enfrenta a un presidente, un activista de los derechos civiles marcha a pesar de las amenazas o un padre apoya el difícil camino de su hijo, estos actos expresan valores cultivados a través de innumerables decisiones anteriores.
Esta comprensión transforma nuestra forma de ver el valor. En lugar de esperar a un momento dramático para revelar nuestra valentía, podemos desarrollarla a través de decisiones cotidianas que se alineen con nuestros valores. El valor se aprende con la práctica, lo que significa que cualquiera puede cultivar la capacidad de actuar con valentía cuando más importa.
Construir el coraje mediante la acumulación La idea de Budde de que el coraje toma forma a partir de muchas pequeñas decisiones desafía nuestra percepción de la valentía como algo espontáneo. Este proceso de acumulación refleja cómo construimos nuestras identidades continuamente a lo largo de la vida a través de las interacciones con nuestro entorno. Pensemos en el cangrejo decorador, una pequeña criatura marina que no tiene un método innato de camuflaje, sino que construye su propio disfraz recogiendo trozos de su entorno -algas, esponjas, coral, rocas y otros materiales marinos- y fijándolos a su caparazón. A primera vista, esto parece lo contrario de la valentía. Al fin y al cabo, el camuflaje consiste en mimetizarse, no en destacar. Sin embargo, la estrategia del cangrejo decorador podría ilustrar una verdad sobre el valor: Surge de la sabiduría práctica adquirida a través de innumerables pequeñas adaptaciones a nuestro entorno. Cuando los cangrejos decoradores se trasladan a nuevos lugares en el fondo del océano, a menudo se deshacen de sus viejos adornos y recogen otros nuevos que reflejan su nuevo entorno. Del mismo modo, el valor humano se desarrolla a través de nuestras respuestas a los retos específicos a los que nos enfrentamos en los entornos donde elegimos pasar nuestro tiempo. Algunos psicólogos creen que nuestros valores surgen como la "riqueza acumulada de [nuestras] aspiraciones": las creencias y compromisos que recogemos e integramos en nuestra identidad. El cangrejo decorador no reúne materiales al azar; selecciona piezas específicas que le ayudarán a sobrevivir en su entorno particular. Del mismo modo, el valor que desarrollamos a lo largo de nuestra vida está moldeado con precisión por los valores, las relaciones y los entornos que nos importan. En otras palabras, construimos activamente nuestra valentía a través de innumerables pequeñas elecciones que reflejan tanto la naturaleza de nuestras aspiraciones como la profundidad de nuestro compromiso con el mundo que nos rodea. |
Budde explica que, cuando llega un momento crítico, rara vez tenemos tiempo para deliberar. En su lugar, respondemos basándonos en los hábitos y valores que ya hemos desarrollado. Con la práctica constante, las decisiones valientes se vuelven más naturales porque cada pequeño acto de valentía aumenta nuestra capacidad de integridad y coraje. Para fortalecer tu capacidad de ser valiente, Budde dice:
- Presta más atención a las pequeñas decisiones a las que te enfrentas y a lo que dicen de tus valores.
- Identifica los patrones que conectan las situaciones en las que tiendes a elegir la comodidad en lugar de la valentía.
- Elige deliberadamente la opción más valiente, aunque te resulte incómoda.
- Habla cuando veas que algo va mal.
- Asume tu responsabilidad cuando cometas errores.
- Acepta nuevos retos que pongan a prueba tus capacidades.
- Deja atrás los rencores que te frenan.
- Ser más honesto y vulnerable con los demás.
- Aprenda de los fracasos en lugar de evitarlos.
Tomar decisiones como un budista zen, o como un estadístico bayesiano Cuando Budde subraya que el coraje crece a través de pequeñas decisiones, toca una idea que conecta tanto con las tradiciones de sabiduría oriental como con la neurociencia moderna. Según el budismo zen, tomar decisiones valientes en momentos ordinarios no consiste sólo en crear un hábito, sino en entrenarnos para navegar por la incertidumbre con mayor sabiduría. En lugar de limitarse a sopesar pros y contras, la toma de decisiones consciente en la tradición zen implica sentarse en silencio con las opciones como preguntas abiertas. Esto crea un espacio para que la sabiduría intuitiva emerja junto con el pensamiento analítico, creando una imagen más clara de cómo navegar por la incertidumbre. El enfoque budista zen también se alinea con los descubrimientos sobre el proceso de toma de decisiones en nuestro cerebro. Los neurocientíficos han aprendido que el cerebro tiene una notable capacidad para dejar de lado los prejuicios existentes cuando se le presentan nuevas pruebas. En lugar de caer presa del sesgo de confirmación (interpretar una prueba ambigua como un apoyo a nuestras creencias actuales), nuestro cerebro considera simultáneamente múltiples representaciones de la realidad. El cerebro sopesa la nueva información en función de nuestros conocimientos previos con lo que los investigadores describen como "una cualidad matemática casi bayesiana", en referencia al marco matemático que utilizan los estadísticos para cuantificar la incertidumbre. El pensamiento bayesiano aborda la cuestión esencial que plantea Budde: ¿Cómo modificamos nuestras creencias a medida que obtenemos nueva información? El razonamiento bayesiano plantea tres preguntas: ¿Hasta qué punto confiamos en nuestra creencia inicial? Si nuestra creencia inicial es cierta, ¿cuál es la probabilidad de que observemos las nuevas pruebas que vemos? Por último, ¿cuál es la probabilidad de observar estas pruebas en todos los escenarios posibles (no sólo en el que nuestra creencia original es cierta)? Este proceso alinea las creencias con la realidad y, aplicado a la valentía, sugiere que cada elección valiente nos aporta nuevas pruebas sobre nuestra capacidad de valentía. Actualizamos gradualmente nuestras creencias de "soy alguien que evita la incomodidad" a "soy capaz de tomar decisiones valientes". |
#4: Apreciar las dificultades
En su libro Hábitos de alto rendimientoBrendon Burchard observa que muchas personas siempre buscan la "manera fácil" de hacer las cosas. Tanto si se trata de hacerse rico como de ponerse en forma, no quieren esforzarse para conseguir sus objetivos y toman la salida cobarde. La aversión a las dificultades impide a la gente asumir riesgos. Burchard sostiene que hay que cambiar la mentalidad sobre las dificultades si se quiere desarrollar el valor:
- Acepta el reto. Aprende a disfrutar asumiendo y superando obstáculos. Esto te ayudará a cambiar tus dudas por entusiasmo.
- Acepta que las tareas difíciles y poco atractivas son esenciales para crecer. No hay un "camino fácil" para todo en la vida. Recuérdate a ti mismo que las tareas frustrantes a las que te enfrentas te están ayudando a crecer como persona.
- Ve la luz al final del túnel. Recuerda siempre que vendrán tiempos mejores. Recuérdate a ti mismo por qué haces lo que haces y lucha sin descanso hacia tu objetivo.
#5: Luchar por los demás
Burchard afirma que superar obstáculos en beneficio de alguien que te importa te ayuda a cultivar el valor. Por ejemplo, si quiere mantener la educación de su hijo, podría luchar más por un ascenso o un proyecto lucrativo. La gente es más propensa a ir más allá por los demás que por sí misma. Por ejemplo, una mujer puede no desafiar a su jefe que la trata mal, pero luchará por sus hijos si ve que los acosan.
#6: Sustituye la indecisión por la audacia
Ley 28 de Las 48 Leyes del Poder (Robert Greene) es "Entra en acción con audacia". Greene escribe que, si dudas antes de hacer algo, tus dudas minarán tus esfuerzos. Cuando actúes, hazlo con audacia. Y, si cometes errores, corrígelos con aún más audacia. Todo el mundo admira a los audaces. La gente tiene una tendencia natural a dudar antes de actuar. Puedes superar esta tendencia practicando la valentía.
Greene sostiene que la audacia no surge de forma natural, sino que hay que desarrollarla y practicarla. Señala algunos ejemplos históricos:
- Al principio, Napoleón era tímido y socialmente torpe, pero tuvo que aprender a ser valiente para triunfar en el campo de batalla. Más tarde, lo aplicó a todos los ámbitos de su vida, y eso le hizo parecer más grande que la vida aunque era físicamente pequeño.
- Cuando Colón solicitó financiación a la corte española para su viaje al Nuevo Mundo, también pidió con valentía el título de "Gran Almirante del Océano", que en realidad era una exigencia de respeto. Recibió ambos.
- Pietro Aretino, criado en la cocina de una rica familia romana, ambicionaba ser un gran escritor. El Papa León X había recibido un elefante como regalo y se quedó prendado de él. La muerte del elefante le disgustó tanto que encargó que se pintara un cuadro sobre la tumba del elefante. Aretino vio una oportunidad y escribió un panfleto satírico que pretendía ser el testamento del elefante, en el que ridiculizaba no sólo al Papa, sino también a muchos cardenales, a quienes el elefante ficticio legaba diversas partes del cuerpo. Los lectores quisieron saber de inmediato quién era el audaz escritor. Incluso el Papa se divirtió con su audacia y ofreció trabajo a Aretino. Aprovecha las oportunidades para practicar este tipo de audacia.
Las trampas de la audacia
Este tipo de coraje debe utilizarse tácticamente, no a discreción, para lograr objetivos concretos. Greene advierte que hay que controlarlo y orientarlo, no excederse. Participar en actos de audacia errática no es la forma de desarrollar el verdadero coraje. Si lo conviertes en un patrón, ofenderás a demasiada gente, lo que provocará tu caída.
Una vez más, Greene ofrece un ejemplo de la historia. Lola Montez, amante del rey de Baviera, se comportó tan mal y se metió tan descaradamente en los asuntos del país que provocó la indignación del pueblo y el rey la deportó.
#7: Desarrollar las virtudes que apoyan el valor
Budde sostiene que el valor no se desarrolla de forma aislada, sino que crece junto con otras cualidades que lo apoyan. Identifica varias virtudes clave que crean un terreno fértil para que florezca el coraje:
- La perseverancia nos hace seguir adelante cuando surgen obstáculos. Budde explica que, aunque la perseverancia no tiene el dramatismo de nuestras valientes decisiones iniciales, es esencial para que esas decisiones den fruto. Sin la capacidad de persistir ante las dificultades, nuestros valientes comienzos suelen desvanecerse cuando nos enfrentamos a la resistencia.
- Aceptar significa aceptar la realidad tal como es, incluidas las circunstancias difíciles que no podemos cambiar. Paradójicamente, aceptar lo que no podemos cambiar crea espacio para actuar con sentido en lo que sí podemos influir. Nos impide malgastar energía luchando contra la realidad y, en cambio, nos ayuda a adaptarnos de forma creativa.
- La fidelidad consiste en cumplir sistemáticamente nuestros compromisos y relaciones, incluso cuando es difícil o nuestra motivación es baja. Esta dedicación constante fomenta la confianza y la integridad, al tiempo que crea estabilidad en nuestras vidas y comunidades.
- La humildad nos permite reconocer tanto nuestros puntos fuertes como nuestras limitaciones. Nos mantiene abiertos al aprendizaje, a recibir orientación y a crecer a partir de nuestros errores. La valentía humilde logra el equilibrio adecuado entre confianza y apertura.
- La autoconciencia nos ayuda a comprender nuestros valores, miedos y pautas de comportamiento. Esta comprensión es crucial para tomar decisiones que estén en consonancia con nuestro verdadero yo, en lugar de dejarnos llevar por miedos inconscientes o presiones externas.
Para desarrollar estas virtudes de apoyo, Budde dice que hay que hacer lo siguiente:
- Fíjese objetivos realistas y celebre las pequeñas victorias para fomentar la perseverancia.
- Practica la atención plena para aumentar la aceptación de tu realidad actual.
- Establezca rutinas que apoyen el cumplimiento coherente de sus responsabilidades.
- Busque comentarios y mentores para cultivar la humildad.
- Reflexionar con regularidad para profundizar en el conocimiento de uno mismo.
- Rodéate de modelos que encarnen estas virtudes.
De los oso hormigueros a las ballenas: Ideas culturales sobre la valentía La investigación sobre las virtudes en las distintas culturas revela patrones universales y variaciones culturales en la forma en que los distintos grupos de personas conceptualizan virtudes como la valentía y los rasgos que la sustentan. Un estudio sobre las virtudes en 14 países reveló que, aunque algunas virtudes (como la honradez, el respeto y la amabilidad) parecen ser casi universales, otras tienen un valor distinto en contextos culturales específicos. Por ejemplo, la generosidad se valora especialmente en Francia, y la certeza tiene una importancia singular en México. Estas preferencias culturales reflejan los valores particulares y las experiencias históricas de cada sociedad. Las cualidades que sustentan el valor también varían culturalmente, al igual que los modelos que tomamos como ilustración de la valentía. En muchas tradiciones del África subsahariana, por ejemplo, el oso hormiguero se considera un símbolo de valentía por su voluntad de derribar termiteros a pesar de enfrentarse a cientos de mordeduras. La gruesa piel del oso hormiguero, que le ayuda a soportar estos ataques, es paralela a la virtud de aceptación de Budde: la capacidad de aceptar las circunstancias difíciles con resiliencia y sacar lo mejor de ellas. Algunas tribus incluso llevan pulseras hechas con dientes de oso hormiguero como amuletos de buena suerte, ya que creen que imparten valor y protección. Asimismo, las culturas nórdicas han asociado tradicionalmente el valor con la perseverancia en condiciones duras, mientras que las tradiciones de Asia Oriental suelen vincular el valor con la contención virtuosa de las emociones. En las comunidades inuit de Alaska, el valor está arraigado en la relación entre los seres humanos y el mundo natural. Los balleneros inuit cultivan una profunda conexión espiritual con las ballenas de Groenlandia, pues creen que el respeto, la humildad y la fidelidad son componentes esenciales del valor que los humanos necesitan para cazar en condiciones peligrosas, y de la valentía que las ballenas demuestran al ofrecerse a las comunidades que dependen de ellas para su sustento. Los métodos para cultivar las virtudes que sustentan el valor también varían de una cultura a otra, con paralelismos con los enfoques prácticos que recomienda Budde. Las tradiciones inuit, por ejemplo, incorporan rituales comunitarios y la tutoría de los ancianos, que coinciden con el énfasis de Budde en rodearse de modelos virtuosos. Del mismo modo, la narración de cuentos en el África subsahariana sirve como forma de reflexión y atención plena que refuerza las virtudes que apoyan el coraje. Aunque las prácticas específicas pueden diferir, lo que sigue siendo coherente es que el coraje rara vez se desarrolla de forma aislada, sino que requiere una base de virtudes complementarias que nos preparen para actuar con integridad cuando lleguen los momentos decisivos. |
#8: Sé flexible y práctico en tu enfoque del coraje
La vida nos presenta diversas situaciones que exigen valentía, y cada tipo requiere un enfoque algo diferente. Comprender estas situaciones te permitirá responder con la valentía adecuada cuando se presenten. Budde ofrece orientación para afrontar cinco situaciones habituales que exigen valentía:
- Cuando es hora de irse: A veces la valentía significa abandonar una situación, relación o compromiso que ya no sirve a tu propósito más elevado. Esto requiere enfrentarse a la incertidumbre y a la incomodidad de los nuevos comienzos. Budde aconseja tomar decisiones con cuidado en lugar de reaccionar impulsivamente, respetar lo que ha sido y aceptar lo que podría ser, asumir la responsabilidad del impacto de la partida y afrontar lo desconocido con esperanza.
- Cuando lo correcto es quedarse: Aunque marcharse a menudo parece la opción más valiente, a veces el mayor valor reside en permanecer donde estás y profundizar. Esto significa reconocer cuándo tu trabajo está inacabado y aceptar los retos de la constancia en lugar de buscar la huida. Budde anima a "apoyarse" en la vida actual, encontrar sentido a la fidelidad diaria y descubrir oportunidades de crecimiento en los compromisos existentes.
- Cuando hay que empezar algo nuevo: Emprender una nueva aventura requiere un tipo de valentía que combina visión, iniciativa y voluntad de arriesgarse a fracasar. Budde sugiere seguir adelante a pesar de la incertidumbre, estar dispuesto a adaptarse sobre la marcha, aceptar la imperfección como parte del proceso y permanecer abierto a direcciones inesperadas.
- Cuando te enfrentas a circunstancias que no has elegido: Parte del crecimiento más significativo de la vida se produce a través de situaciones difíciles que no hemos elegido. Encontrar valor en esos momentos implica practicar la aceptación radical, permanecer presente en lugar de escapar a través de la negación, tratarte a ti mismo con compasión y compartir tu auténtica experiencia con personas en las que confíes.
- Cuando te llaman a dar un paso adelante: Cuando las oportunidades se alinean con tus puntos fuertes, la valentía significa aceptarlas con la confianza adecuada. Esto implica reconocer tus capacidades, equilibrar la confianza con la humildad, abordar los retos con entusiasmo y mantener una mentalidad de crecimiento.
Coraje a través de los siglos: Orlando de Virginia Woolf La novela de Virginia Woolf Orlando sigue a su protagonista a lo largo de una extraordinaria vida de 300 años, durante la cual Orlando se transforma de hombre a mujer, experimenta múltiples épocas históricas y se enfrenta a numerosas decisiones cruciales que ilustran los diversos tipos de valentía que Budde identifica: desde decidir irse o quedarse, hasta empezar algo nuevo, aceptar circunstancias difíciles y aprovechar las oportunidades. A través de las experiencias de Orlando a lo largo de los siglos (y de los géneros), podemos ver cómo estas diferentes formas de valentía se manifiestan en una sola vida, aunque sea extraordinaria. El valor de ir es fundamental en las primeras aventuras de Orlando, cuando el joven noble deja Inglaterra para servir como embajador en Constantinopla, abrazando la incertidumbre y las nuevas experiencias con entusiasmo. Más tarde, tras transformarse en mujer, Orlando demuestra el valor de quedarse cuando regresa a su hogar ancestral a pesar de las restricciones sociales impuestas a las mujeres, eligiendo profundizar en su conexión con su obra literaria y su tierra en lugar de buscar la huida. A lo largo de los siglos, Orlando muestra repetidamente el valor de empezar algo nuevo, ya sea embarcándose en empresas literarias, adaptándose a nuevas épocas históricas o reconstruyendo su identidad tras una transformación de género. Quizá lo más sorprendente sea que Orlando encarna el valor de aceptar circunstancias que escapan a nuestro control. Cuando Orlando despierta como mujer tras un trance de una semana, acepta este profundo cambio con notable ecuanimidad. Esta aceptación de una transformación dramática y no invitada ilustra el principio de Budde de que algunos de los crecimientos más significativos de la vida se producen a través de circunstancias que no hemos elegido. Pero lo que hace a Orlando especialmente relevante para el marco de Budde es cómo el personaje integra estas valientes decisiones en su identidad a lo largo del tiempo. La larga cronología de la vida de Orlando permite a los lectores ser testigos de cómo los momentos decisivos se acumulan para formar un sentido coherente y consistente de sí mismo. |
#9: Navegar tras decisiones valientes
Budde escribe que tomar una decisión valiente no es el final de la historia: lo que ocurre después es igual de importante. Si se tiene en cuenta lo que viene después de tomar decisiones valientes, se construye una práctica sostenible de la valentía que puede servir durante toda la vida. Destaca dos aspectos cruciales de las consecuencias de las decisiones importantes que requieren valentía continua:
La decepción emocional: Después de tomar una decisión valiente, muchas personas experimentan lo que Budde describe como una decepción emocional: un cambio de la euforia inicial a la duda, el vacío o incluso la depresión. Esta decepción puede hacerte cuestionar si tu decisión fue la correcta, pero entender que esta reacción es normal te ayuda a evitar que te descarrile. Para superar esta fase, Budde recomienda:
- Anticiparse a la decepción en lugar de sorprenderse por ella.
- Mantenerte conectado a tus razones originales para tomar la valiente decisión.
- Resistir la tentación de retractarse de su decisión o de sobrepasarse.
- Deja tiempo para que asimiles el significado de tu elección.
- Apóyate en personas que te apoyen en estos momentos vulnerables.
- Ser paciente con uno mismo durante el proceso.
Integración en tu identidad: Para que la valentía se convierta en una parte sostenible de tu vida, las decisiones valientes deben incorporarse a tu sentido de quién eres, en lugar de permanecer como acontecimientos aislados. Esta integración transforma los actos momentáneos de valentía en una forma valiente de ser. Para ayudar a esta integración, Budde sugiere:
- Reflexionar regularmente sobre tus momentos decisivos y lo que revelan sobre tus valores.
- Permitir que tu historia personal evolucione en función del valor que has demostrado.
- Compartir tus experiencias con personas de confianza que puedan ayudarte a procesar su significado.
- Aplicar la experiencia adquirida a los retos futuros.
Liberar, Recibir, Devolver: El modelo del laberinto para la vida después de las decisiones valientes La decepción que Budde identifica después de la valentía no es un signo de fracaso, sino un patrón psicológico normal. La "falacia de la llegada" describe nuestra tendencia a creer que la consecución de un objetivo nos proporcionará una felicidad duradera, sólo para descubrir que la alegría es efímera o no existe en absoluto. El psicólogo Tal Ben-Shahar, que acuñó el término, explica que a menudo sobrestimamos lo felices que nos harán los logros futuros, lo que nos lleva a la decepción cuando la realidad no coincide con nuestras expectativas. Cuando el subidón inicial de los logros desaparece, solemos volver a nuestra base emocional, a veces sintiéndonos incluso más vacíos que antes porque la promesa de felicidad permanente sigue sin cumplirse. Los consejos de Budde para superar esta decepción coinciden con las investigaciones psicológicas sobre la falacia de la llegada. Tanto Budde como los psicólogos insisten en que hay que mantenerse firme en el propósito original de tomar una decisión valiente, resistir la tentación de pensar que la felicidad temporal no merece la pena y darse tiempo para reflexionar sobre las decisiones tomadas. Los psicólogos añaden otras estrategias: fijarse varios objetivos simultáneos en lugar de obsesionarse con un único logro, encontrar la alegría en el proceso y no sólo en el resultado, y dar prioridad a las relaciones, que, según los estudios, es el factor que mejor predice la felicidad duradera. La tradición episcopal ofrece una herramienta para integrar conscientemente nuestras experiencias en la vida: el laberinto. A diferencia de un laberinto diseñado para confundir, un laberinto ofrece un único camino que conduce al centro y vuelve a salir,similar al viaje que hacemos en los momentos decisivos. Caminar por un laberinto implica tres fases que son paralelas al proceso de navegar por las secuelas del coraje: soltar (dejar de lado las expectativas y las distracciones), recibir (permanecer abierto a las percepciones en el centro) y volver (integrar lo que has aprendido mientras sigues el camino hacia fuera). Muchas iglesias episcopales mantienen laberintos como herramientas de meditación, describiéndolos como una forma de aprender a ver "el patrón más amplio de nuestras vidas". Ya sea físico o metafórico, el laberinto nos recuerda que el viaje importa tanto como el destino, y que la integración -no sólo el logro- es esencial para el crecimiento. |
Ejercicio: Reflexiona sobre tus momentos decisivos
En su libro, Budde subraya que el coraje se desarrolla a través de nuestras respuestas a momentos decisivos: puntos de inflexión en los que tomamos decisiones conscientes. Reflexionar sobre momentos decisivos pasados en tu vida puede ayudarte a reconocer patrones en el desarrollo de tu valentía y a prepararte para futuras oportunidades de ser valiente.
- Piense en una ocasión en la que se enfrentó a un momento decisivo que requirió valentía. Puede ser la decisión de tomar una nueva dirección, seguir comprometido con un camino difícil, empezar algo nuevo, aceptar circunstancias difíciles o aprovechar una oportunidad inesperada. Describa brevemente la situación y la decisión que tomó.
- ¿Qué valores o creencias guiaron tu decisión en ese momento? ¿De qué manera ese momento decisivo reveló lo que más te importa?
- Mirando hacia atrás, ¿qué pequeñas decisiones o hábitos te habían preparado para responder con valentía en ese momento?
- ¿Cómo te cambió esta experiencia? ¿Afectó a tu forma de verte a ti mismo o de afrontar los retos posteriores?
Más información sobre el desarrollo del valor
Para comprender mejor el cultivo y la práctica del valor en un contexto más amplio, eche un vistazo a las guías de Shortform sobre los libros a los que hemos hecho referencia en este artículo:
- Cómo aprendemos a ser valientes por Mariann Edgar Budde
- El poder de los momentos de Chip Heath y Dan Heath
- Hábitos de alto rendimiento por Brendon Burchard
- Las 48 leyes del poder de Robert Greene