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Jefferson Fisher: 3 herramientas de comunicación para mejorar tu vida

Un boceto de dibujos animados de una mujer comunicándose con un hombre y una mujer.

Todos los aspectos de nuestras vidas están determinados por la comunicación. El abogado y autor Jefferson Fisher cree que dominar esta habilidad no solo consiste en intercambiar información, sino también en crear conexiones significativas que se extiendan a nuestras relaciones y comunidades.

En The Next Conversation, Fisher ofrece tres herramientas de comunicación esenciales: conexión, preparación y asertividad. Podrás aprender a escuchar de verdad sin juzgar, a estructurar conversaciones difíciles para que sean un éxito y a hablar con una confianza que inspira respeto. Sigue leyendo para profundizar en estas estrategias que cambiarán tu forma de interactuar con los demás.

Herramientas de Jefferson Fisher para una comunicación eficaz

Según Jefferson Fisher, la comunicación nos ayuda a expresarnos con claridad, y cada conversación tiene un efecto dominó. En cada interacción, las palabras que decimos y cómo las decimos afectan la forma en que las personas se sienten, actúan y tratan a los demás en el futuro. Por ejemplo, la forma en que hablas con tu hijo sobre sus miedos determina cómo los afrontará y cómo responderá a otras personas que tengan miedo. Incluso las conversaciones casuales son importantes: una palabra amable a un desconocido puede alegrarle el día e inspirarle a transmitir esa amabilidad a otras personas.

(Nota breve: En Conversational Intelligence, Judith Glaser se hace eco del argumento de Fisher sobre la importancia de las conversaciones, sosteniendo que la calidad de tus conversaciones determina directamente tu éxito tanto en la vida como en el trabajo. Por eso aboga por desarrollar la inteligencia conversacional, lo que significa comprender cómo funciona la mente humana para poder mantener conversaciones en las que las personas innoven juntas y se centren en la comunidad en lugar de en sus agendas individuales).

Por lo tanto, afirma Fisher, unas buenas habilidades comunicativas son esenciales para construir relaciones y comunidades más saludables. Analizaremos tres herramientas de comunicación que pueden convertirte en un mejor comunicador: la conexión, la preparación y la asertividad.

Herramienta n.º 1: Conexión

Según Fisher, una comunicación eficaz requiere dar prioridad a la conexión por encima del mero intercambio de información. Esto significa comprender genuinamente el mensaje de la otra persona y demostrarle esa comprensión. El problema surge cuando las personas entran en una conversación con expectativas predeterminadas, como querer que la otra persona admita su culpa o le dé la razón. Estas expectativas desvían la atención hacia una agenda personal en lugar de hacia la escucha activa, lo que transforma la conversación en una competición en lugar de una oportunidad para el entendimiento mutuo.

Fisher sostiene que la verdadera conexión se produce cuando se escucha y se comprende de forma auténtica la perspectiva de la otra persona, lo que conduce a un diálogo más productivo. Es importante destacar que la conexión no requiere acuerdo; simplemente requiere comprender su punto de vista y reconocerlo.

Barreras para la conexión

Fisher identifica cuatro barreras principales para una conexión y comunicación efectivas:

  1. Escasa conciencia de uno mismo: no somos conscientes de cómo nuestro lenguaje corporal y nuestras expresiones se perciben por los demás, lo que da lugar a malinterpretaciones (por ejemplo, un ceño fruncido por concentración que se confunde con enfado).
  2. Mentalidad cerrada: Descartamos perspectivas diferentes sin comprenderlas, lo que impide la conexión con quienes piensan de manera diferente.
  3. Falta de seguridad en uno mismo: Nos comunicamos de manera indirecta mediante un lenguaje corporal evasivo y frases ambiguas, lo que impide que los demás comprendan nuestras verdaderas necesidades y pensamientos.
  4. Dependencia excesiva de la tecnología: la comunicación digital carece de tono y expresiones faciales, lo que provoca frecuentes malentendidos. Fisher recomienda las conversaciones en persona para superar estas barreras y fomentar una conexión genuina.

Herramienta n.º 2: Preparación

Según Fisher, la preparación es una herramienta esencial para una comunicación eficaz. Implica tres elementos clave: objetivos de comunicación, temas de debate y estrategias para conversaciones difíciles.

Identifica tus objetivos y valores

Fisher recomienda pensar con antelación cómo quieres comportarte durante las conversaciones, estableciendo valores personales y fijándote objetivos realistas. Los objetivos realistas deben centrarse en lo que puedes controlar ( como mantener la calma y tratar de comprender los puntos de vista de los demás), en lugar de expectativas poco realistas de que los demás cumplirán tus deseos, lo que a menudo conduce a la decepción.

Fisher también hace hincapié en identificar tus valores fundamentales, ya que estos determinan de forma natural tu forma de escuchar, responder e interactuar con los demás, al tiempo que facilitan la toma de decisiones durante las conversaciones difíciles. Por ejemplo, si la amabilidad es tu valor principal, instintivamente elegirás un lenguaje compasivo incluso cuando te sientas frustrado. Para descubrir tus valores, Fisher sugiere preguntar a amigos y familiares de confianza sobre tus rasgos de carácter o reflexionar sobre situaciones pasadas en las que te sentiste orgulloso de tu comunicación, teniendo en cuenta qué valores influyeron en tu comportamiento en esos momentos.

Decida de qué va a hablar

Fisher sostiene que, sin estructura, las conversaciones pierden el foco, se alargan y dejan a las personas confundidas y frustradas. Ofrece el siguiente enfoque para mantener conversaciones centradas.

Antes de la conversación:

  • Defina su propósito y alcance con antelación.
  • Asegúrate de que todos sepan por qué se reúnen, qué se va a discutir y cuál es el resultado esperado.

Durante la conversación:

  • Céntrate en un tema principal cada vez.
  • Indique el resultado deseado o cómo quiere que se sientan ambas partes.
  • Obtenga el consentimiento de la otra persona para continuar.

Cuando se sale de la pista:

  • Utiliza palabras clave del tema original para redirigir.
  • Reconoce los argumentos de la otra persona.
  • Vuelve educadamente al tema principal.
  • Ofrecer abordar los temas secundarios más tarde.

Prepárate para hablar de temas difíciles

Cuando se necesita mantener una conversación delicada, Fisher sostiene que es esencial prepararse adecuadamente. En primer lugar, fije una hora y un lugar concretos para la conversación preguntando a la otra persona por su disponibilidad y eligiendo un lugar privado y libre de distracciones. Evite pillarla desprevenida o intentar mantener la conversación mientras está ocupada con otros compromisos. Dar tiempo a ambas personas para prepararse mentalmente da como resultado un intercambio más productivo.

Una vez que comience la conversación, sea directo en su enfoque. Fisher recomienda que empiece reconociendo que la discusión será difícil y que, a continuación, aborde inmediatamente el tema principal. Evite las charlas triviales al principio, ya que pueden parecer poco sinceras, y no dé vueltas al tema, ya que solo creará ansiedad y minará la confianza. Al ser claro y directo, demostrará respeto por la dignidad y la inteligencia emocional de la otra persona, al tiempo que le ayudará a procesar la información y a responder de forma más eficaz.

Según Fisher, es igualmente importante estar preparado cuando otros inician conversaciones difíciles contigo . Cuando alguien se acerque a ti primero para hablar de un tema complicado, muéstrale tu agradecimiento por su disposición a acudir a ti. Escucha con atención sin relacionar inmediatamente la situación con tus propias experiencias y haz preguntas reflexivas para comprender mejor su perspectiva. La forma en que manejes estos momentos en los que otros comparten información delicada contigo influirá directamente en que se sientan cómodos confiándote esos asuntos en el futuro.

Herramienta n.º 3: Asertividad

La tercera herramienta de comunicación recomendada por Fisher es hablar con asertividad, lo que genera confianza de forma directa. Esta confianza te permite actuar a pesar del miedo, reconocer los errores y aprender de ellos.

Para desarrollar un discurso asertivo y reforzar la confianza, Fisher identifica tres hábitos perjudiciales que hay que eliminar:

Calificativos: estas palabras innecesarias disminuyen el impacto de tu mensaje. Algunos ejemplos son «tal vez», «solo», «más o menos» y las disculpas excesivas. Fisher sugiere reformular el lenguaje para que suene más seguro; por ejemplo, sustituir «Disculpa las molestias» por «Gracias por tu comprensión» mantiene la cortesía y transmite mayor seguridad.

Palabras de relleno: Las muletillas verbales comunes como «eh», «tipo» y «ya sabes» se utilizan para llenar las pausas en la conversación. Sin embargo, las pausas breves transmiten más profesionalidad y confianza. Las personas tienden a mostrar más respeto y atención hacia quienes hablan con menos frecuencia, pero de forma más deliberada.

Upspeak: Este patrón vocal consiste en elevar la voz al final de las frases, transformando las afirmaciones en expresiones que parecen preguntas. El upspeak socava la confianza al hacer que parezcas inseguro. Fisher recomienda mantener un tono de voz constante o permitir una ligera inflexión descendente al final de las frases.

Afirmar los límites

Según Fisher, una comunicación eficaz requiere establecer límites personales, es decir, reglas que protejan aspectos importantes de tu vida. Al establecer estos límites con los demás, comunica sin ambigüedades tus expectativas:

  1. Establezca el límite utilizando una frase en primera persona. Ejemplo: «No atiendo llamadas de trabajo después de las 6 de la tarde porque ese es mi tiempo para estar con mi familia».
  2. Explique las consecuencias. Ejemplo: «Si me llama después de las 6 de la tarde, no contestaré y le devolveré la llamada el siguiente día laborable».
  3. Sé coherente. Ejemplo: si un compañero te llama a las 8 de la tarde, no contestes y devuélvele la llamada a la mañana siguiente, tal y como le prometiste.

Fisher sostiene que las personas que realmente se preocupan por ti respetarán tus límites. Pero es importante actuar con moderación; establecer demasiados límites puede dañar las relaciones y convertirse en una forma de eludir responsabilidades. La clave es establecer límites solo para asuntos realmente importantes, manteniendo la flexibilidad en cuestiones menos significativas.

Aprende a decir «no»

Aprender a decir «no» es una habilidad esencial para gestionar tu tiempo y tu energía de forma eficaz. Según Fisher, decir «no» te permite tomar decisiones basadas en tus propias prioridades en lugar de en las expectativas de los demás, lo que te ayuda a tomar el control de tu vida. En su libro, ofrece un proceso de tres pasos para rechazar peticiones:

  1. Empieza con un «no» rotundo.
  2. Expresar gratitud.
  3. Termina con algo positivo.

Por ejemplo, si un amigo te invita a un evento social durante el fin de semana y necesitas tiempo para descansar y recargar energías, puedes decir: «No, no podré asistir. Muchas gracias por pensar en mí e incluirme en tus planes. ¡Espero que lo pases muy bien!».

Puntos importantes a recordar:

  • No es necesario que te disculpes ni des largas explicaciones sobre tu decisión.
  • La mayoría de las preocupaciones sobre decepcionar a los demás son exageradas.
  • Si alguien insiste en preguntar por los motivos, simplemente repite tu respuesta sin dar más explicaciones.

Explora más a fondo los consejos de comunicación de Fisher.

Para profundizar en los consejos de comunicación de Jefferson Fisher, incluyendo cómo discutir de forma saludable, lee la guía completa de Shortform sobre La próxima conversación.

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