Conectar con las personas es una de las habilidades más importantes en la vida, pero es algo que a muchos nos cuesta. Tanto si estás intentando entablar nuevas relaciones, profundizar en las ya existentes o manejar conversaciones difíciles, saber cómo conectar con las personas puede marcar la diferencia.
Siga leyendo para aprender a comunicarse con auténtica comprensión, establecer una buena relación y mantener la conexión incluso en situaciones de conflicto y desacuerdo.
Índice
La Fundación: Lo que realmente significa la conexión
En La próxima conversación, Jefferson Fisher escribe que, para comunicarse bien, hay que centrarse en la conexión. Conectar con las personas va más allá de simplemente compartir y recibir información; hay que intentar comprender lo que dice la otra persona y luego demostrarle que se le entiende.
Fisher explica que a menudo entramos en conversaciones esperando algo de la otra persona. Es posible que esperes que admita que está equivocada o que valide tus sentimientos. Sin embargo, si tienes estas expectativas, te centras en tus propios intereses en lugar de escuchar y comprender a la otra persona. Cuando haces esto, pierdes lo que la otra persona está tratando de decir y la conversación se convierte en una cuestión de ganar en lugar de comprender.
En cambio, si te centras en la conexión, podrás escuchar realmente el punto de vista de la otra persona y mantener una conversación más productiva. Fisher señala que no es necesario estar de acuerdo con la otra persona para conectar con ella; solo hay que comprender su punto de vista y reconocerlo.
| Cómo tu mentalidad afecta tu capacidad para conectarte En La anatomía de la paz, el Arbinger Institute explica que tu mentalidad —cómo te ves a ti mismo, a los demás y al mundo— determina si tendrás conversaciones productivas o conflictos. Describen dos mentalidades: una perspectiva combativa que ve a los demás como obstáculos que hay que superar, y una perspectiva cooperativa que reconoce a los demás como personas con necesidades y perspectivas válidas. Cuando actúas desde una mentalidad combativa, juzgas rápidamente a los demás, asumes que tienen malas intenciones y te centras en cómo te complican la vida. Esto aleja a las personas y te impide discutir lo que ambos necesitáis. Pero cuando cambias a una mentalidad cooperativa, haces naturalmente lo que Fisher defiende: sientes curiosidad por la perspectiva y las circunstancias de la otra persona, lo que abre la puerta a una comunicación real. El Arbinger Institute hace hincapié en que no se puede fingir este cambio: los demás lo notarán si tus palabras no coinciden con tus verdaderos sentimientos, y tus esfuerzos por resolver el conflicto fracasarán. Sin embargo, al ver genuinamente a los demás como personas en lugar de como problemas, creas las condiciones para el tipo de conexión que hace posible el entendimiento. |
Lo que se interpone en el camino: 4 barreras para la conexión
Aunque centrarnos en la conexión nos ayuda a comunicarnos mejor, Fisher explica cuatro barreras comunes que dificultan la conexión.
1. Poca conciencia de uno mismo: a menudo no sabemos cómo nos ven los demás, ya que nuestro lenguaje corporal y nuestras expresiones faciales pueden enviar señales que no percibimos. Esto puede dar lugar a malentendidos; por ejemplo, si frunces el ceño y arrugas la frente mientras piensas en un problema, otras personas pueden pensar que estás enfadado con ellas, aunque solo estés concentrado.
(Nota breve: No solo solemos ser inconscientes de las señales no verbales que enviamos, sino que además tenemos poco control sobre ellas. En Lo que todo el mundo dice, Joe Navarro explica que nuestros cuerpos reaccionan automáticamente a las situaciones antes de que nuestra mente consciente pueda procesarlas. Estas reacciones instantáneas provienen de nuestro sistema límbico, la parte del cerebro que evolucionó para mantenernos a salvo desencadenando respuestas físicas ante amenazas y oportunidades. Esto significa que, aunque usted piense que solo está concentrado, su cuerpo podría estar transmitiendo incomodidad o estrés).
2. Mentalidad cerrada: Tendemos a rechazar las ideas que difieren de las nuestras sin intentar comprenderlas. Esto dificulta conectar con personas que ven las cosas de manera diferente a nosotros. Por ejemplo, si un compañero de trabajo sugiere una nueva forma de organizar las reuniones del equipo, es posible que la descartes inmediatamente por «demasiado complicada» sin preguntar por qué cree que funcionaría mejor.
(Nota breve: esta estrechez de miras proviene de una tendencia psicológica llamada sesgo de confirmación. En Mistakes Were Made (But Not by Me), Carol Tavris y Elliot Aronson explican que el sesgo de confirmación se produce cuando aceptamos fácilmente la información que coincide con nuestras creencias existentes y rechazamos cualquier cosa que las cuestione. Esto nos protege de la incomodidad mental que supone cuestionar nuestras creencias. Sin embargo, rechazar perspectivas diferentes también nos impide ver el valor potencial de las nuevas ideas o comprender por qué otros pueden pensar de manera diferente).
3. Falta de seguridad en uno mismo: A veces nos cuesta ser directos en las conversaciones. Evitamos el contacto visual, utilizamos un lenguaje corporal cerrado o empleamos frases que suavizan lo que queremos decir, como «Probablemente esto no sea importante» o «No estoy seguro de si esto tiene sentido». Este comportamiento socava la conexión porque, cuando somos indirectos, las personas no pueden entender lo que necesitamos o lo que pensamos.
(Nota breve: Tu tendencia a comunicarte de forma directa o indirecta puede depender de tu bagaje cultural. En El mapa cultural, Erin Meyer divide las culturas del mundo en dos tipos de comunicación: de alto contexto y de bajo contexto. En culturas de bajo contexto, como la de Estados Unidos, la gente espera que digas exactamente lo que quieres decir. Si hay un malentendido, la culpa es del hablante por no haber sido lo suficientemente claro. Sin embargo, en culturas de alto contexto, como las de Francia, Japón y muchos países asiáticos, ser demasiado directo puede parecer grosero o agresivo, por lo que la gente aprende a comunicarse de forma indirecta a través del lenguaje corporal, el tono y los significados implícitos).
4. Tecnología: Fisher explica que tecnologías como los mensajes de texto y el correo electrónico a menudo dificultan la conexión verdadera. Estas herramientas omiten pistas importantes como el tono de voz y las expresiones faciales, lo que hace que los malentendidos sean comunes. Por ejemplo, un simple mensaje de texto de «okay» de un amigo puede parecer poco entusiasta cuando en realidad está emocionado, pero escribe rápidamente. Por esta razón, Fisher recomienda las conversaciones cara a cara siempre que sea posible.
(Nota breve: En Minimalismo digital, Cal Newport sostiene que cuando dependemos de la comunicación digital, debilitamos nuestras habilidades sociales en general: perdemos la capacidad de practicar la escucha, de sentirnos escuchados y de desarrollar empatía. Algunos jóvenes que han crecido con teléfonos inteligentes tienen dificultades para comprender lo que sienten los demás porque no han dedicado suficiente tiempo a leer expresiones faciales e interpretar emociones en persona. Por estas razones, Newport recomienda utilizar los mensajes de texto solo para cuestiones logísticas, como programar las reuniones presenciales y las conversaciones cara a cara que defiende Fisher).
Ejercicio: Supera tus barreras de conexión
Según Fisher, hay tres barreras que nos impiden conectar con los demás durante las conversaciones: la falta de conciencia de uno mismo, la estrechez de miras y la falta de seguridad en uno mismo. Analiza una conversación reciente que no haya ido bien para identificar qué barreras te han afectado.
- Piensa en una conversación reciente que te haya dejado frustrado, incomprendido o desconectado de la otra persona. ¿Cuál era el tema, quiénes participaban y qué resultado esperabas?
- Al recordar tu comportamiento durante esa conversación, ¿cuál de las tres barreras para la conexión de Fisher te impidió más comunicarte? ¿Qué cosas específicas dijiste o hiciste que demostraron que esta barrera estaba presente? Por ejemplo, ¿demostraste tener una mentalidad cerrada al rechazar su sugerencia, o mostraste falta de seguridad en ti mismo al comenzar tus frases con disculpas innecesarias? ¿Tu falta de conciencia de ti mismo impidió tu capacidad para comunicarte?
- ¿Cómo afectó esta barrera al resultado de la conversación? ¿Provocó malentendidos, hizo que la otra persona se pusiera a la defensiva o le impidió expresar su opinión?
- ¿Qué podrías hacer de manera diferente la próxima vez para superar esta barrera? Piensa en un cambio específico que podrías hacer.
Elementos básicos: 4 técnicas prácticas para conectar
Una vez que comprendas lo que significa la conexión y reconozcas las barreras que podrían estar frenándote, el siguiente paso es aprender técnicas específicas para establecer una buena relación con los demás. En Cómo hablar con cualquier persona, la consultora de comunicación Leil Lowndes ofrece tácticas concretas para crear conexión haciendo hincapié en tus similitudes con los demás. Las personas se abren de forma natural a quienes se parecen a ellas, que comparten rasgos, intereses y formas de ver el mundo similares. Las cuatro técnicas siguientes te ayudarán a demostrar esos puntos en común y animarán a los demás a conectar contigo más profundamente.
(Nota breve: Los psicólogos añaden información sobre por qué nos gustan las personas que son como nosotros: la similitud valida tus elecciones. Conocer a personas que piensan sobre la vida de la misma manera que tú disminuye tu incertidumbre sobre si estás tomando las decisiones correctas o no).
N.º 1: Adáptate a su estado de ánimo
Demuestra que empatizas con sus emociones sintonizando con su estado de ánimo y adaptándote a su tono y ritmo. Esto les hará sentir que estás en la misma onda que ellos. Por ejemplo, si hablan rápido porque están emocionados por algo, intenta mantener ese ritmo cuando hables.
(Nota breve: Una forma de sintonizar con el estado de ánimo de tu pareja es hablar de experiencias emocionalmente similares. Esto profundiza vuestra conexión emocional porque demuestra dos cosas: en primer lugar, que la estás escuchando activamente y que comprendes sus emociones. En segundo lugar, que aceptas cómo se siente y que estás dispuesto a acompañarla en su estado emocional).
N.º 2: Repíteles sus propias palabras
Escucha las palabras específicas que utilizan y repítelas cuando te toque hablar. Encontrar formas de incorporar su vocabulario en lo que dices les hará creer que compartes sus valores y piensas como ellos.
(Nota breve: además de simular una sensación de similitud, parafrasear las palabras de tu interlocutor también garantiza que comprendes lo que se dice con el espíritu con el que se pretende. La repetición te ayuda a aclarar lo que dice el interlocutor. Esto le da la tranquilidad de saber que se le comprende y le hace más propenso a establecer una conexión emocional contigo).
N.º 3: Haga declaraciones de apoyo
Demuestra que comprendes lo que sienten utilizando frases cortas y empáticas que coincidan con los sentidos que utilizan para expresarse. Por ejemplo, si hablan de cómo vieron algo, podrías decir: «Entiendo lo que quieres decir». Si hablan de cómo se sintieron respecto a algo, podrías decir: «Entiendo cómo te sientes». Estas frases cortas les harán creer que interpretas el mundo de la misma manera que ellos y les animarán a continuar. Además, esta táctica ayuda a mantener la conversación fluida si te quedas sin palabras.
(Nota breve: Las investigaciones neurolingüísticas confirman que la correspondencia sensorial aumenta inconscientemente la empatía entre las personas. Sin embargo, intentar imitar el lenguaje sensorial de otra persona antes de sentir alguna conexión emocional con ella puede ser contraproducente, ya quees probable que los demás se den cuenta conscientemente de tus intentos y sientan que estás tratando de manipularlos. Por lo tanto, espera hasta que empieces a sentir una conexión emocional genuina con lo que se está diciendo antes de intentar esta táctica; de esta manera, no alejarás inadvertidamente a las personas con las que estás tratando de conectar).
N.º 4: Utiliza «nosotros», «nos» y «nuestro» para dar a entender amistad.
Crea una sensación de conexión e intimidad utilizando un lenguaje que dé por sentado que ya sois amigos. Cuando las personas tienen una relación cercana, automáticamente se refieren a sí mismas con palabras que las unen, como «nosotros» y «nos». El uso de estas palabras hace que los demás crean que ya sois amigos. Por ejemplo, en lugar de decir «Voy a buscar algo de comida», di «¿Buscamos algo de comida?».
(Nota breve: aunque no hay nada que demuestre que usar la palabra «nosotros» hará que alguien se convierta en tu amigo, sí hay pruebas de que te hará sentir más feliz. Los estudios psicológicos demuestran que los pronombres que utilizas con más frecuencia influyen directamente en tu estado emocional: las parejas que utilizan «nosotros» y «nos» tienden a sentirse más felices y tranquilas, y les resulta más fácil expresar emociones positivas como el respeto o el afecto. Por otro lado, las parejas que utilizan «yo» o «tú» tienden a ser menos felices: tienen expresiones faciales negativas, tonos de voz negativos y proyectan un aire de rechazo o desdén).
Profundizando: Conexión a través de momentos difíciles
Aunque adaptarse al estado de ánimo de alguien y utilizar un lenguaje inclusivo puede ayudarte a establecer una buena relación en las interacciones cotidianas, la verdadera conexión se pone a prueba cuando te enfrentas a desacuerdos y conflictos. En Braving the Wilderness, la investigadora Brené Brown sostiene que el sentido más profundo de pertenencia no proviene de evitar las conversaciones difíciles, sino de aprender a manejarlas con autenticidad. En lugar de permanecer en silencio para mantener la paz o rodearte solo de personas que piensan como tú, Brown explica que una conexión genuina requiere el valor de hablar con honestidad, discrepar con respeto y mantener el compromiso incluso cuando resulta incómodo. Las técnicas que se describen a continuación te ayudarán a mantener e incluso fortalecer tus conexiones durante las conversaciones más difíciles de la vida.
N.º 1: Resuelve los conflictos con curiosidad y límites saludables.
Brown afirma que parte de la verdadera pertenencia consiste en expresar tu opinión sincera, incluso cuando ello pueda generar conflictos. Esto significa que debes estar preparado para resolver los conflictos abordándolos con curiosidad, en lugar de con actitud defensiva u hostilidad. Si todo el mundo intentara comprender las perspectivas de los demás y hablara de los conflictos con amabilidad, afirma Brown, las personas se sentirían más cómodas siendo ellas mismas, ya que no temerían una reacción negativa.
En otras palabras, disponer de un espacio seguro para discrepar facilita la verdadera pertenencia. Incluso una postura más neutral, como «Dado que no estamos de acuerdo en este tema, no hablemos de él», dificulta la conexión y la verdadera pertenencia, ya que puede dar la sensación de que hay que reprimir las opiniones para evitar conflictos.
Por ejemplo, si unos amigos no están de acuerdo con las políticas climáticas, Brown podría recomendarles que muestren curiosidad haciéndose preguntas sobre por qué creen lo que creen: «¿Cuál es tu razonamiento para defender esta postura? ¿Cómo crees que esta política podría afectar a las personas?». Brown hace hincapié en que este diálogo siempre debe ser respetuoso y debe permitir que cada persona comprenda las intenciones de la otra. En este caso, los amigos que no están de acuerdo pueden tener la misma intención: abordar la cuestión climática con honestidad y realismo. Simplemente tienen diferentes enfoques para hacerlo.
La estrategia de resolución de conflictos de Brown viene con una advertencia: siempre debe llevarse a cabo con límites saludables. Esto significa que no debes involucrarte con alguien si te sientes física o emocionalmente inseguro. Por ejemplo, si alguien está tratando de amenazarte o intimidarte físicamente, o si está utilizando un lenguaje deshumanizante, ese no es un espacio seguro para una resolución de conflictos productiva. En este caso, aléjate de la situación en lugar de involucrarte.
N.º 2: Cuestionar las falsas dicotomías
El siguiente consejo de Brown para lograr una verdadera pertenencia es cuestionar las falsas dicotomías, es decir, el tipo de cosas que la gente puede decir cuando tiene una mentalidad de «nosotros contra ellos». Por ejemplo, si alguien dice que no puedes considerarte cristiano si tienes ciertas opiniones, esta afirmación es una forma de intentar intimidarte para que te conformes o pierdas tu pertenencia a una comunidad.
En estas situaciones, Brown afirma que la verdadera pertenencia requiere llamar la atención a las personas sobre este tema y añadir matices, sin dejar de ser respetuoso. En este escenario, podrías señalar que muchos cristianos tienen opiniones diferentes, explicar por qué crees que tu opinión y tu fe no son mutuamente excluyentes, y probar las técnicas de resolución de conflictos que hemos descrito en la sección anterior.
N.º 3: Recuerda lo que nos une como seres humanos.
Otra forma de fomentar la verdadera pertenencia es aumentar nuestra conexión compartida como seres humanos. Brown afirma que podemos recordar lo que nos une estando presentes con los demás en los momentos eufóricos y dolorosos. Estos incluyen reuniones de personas, especialmente con desconocidos, como un grupo que trabaja juntos en una tarea (por ejemplo, construir una casa) o una gran protesta.
El denominador común de estas reuniones es una experiencia emocional compartida: el amor, el dolor y todo lo que hay entre medias es lo que nos une como seres humanos, por muy diferentes que parezcamos o por muy difícil que resulte relacionarnos unos con otros. Brown señala que las interacciones en persona son esenciales para sentir el poder de una experiencia emocional compartida, ya que las «reuniones» digitales no tienen el mismo impacto que estar juntos en el mismo lugar físico.
N.º 4: Generar confianza
Generar confianza es otra forma clave de lograr una verdadera pertenencia. Brown afirma que confiar en uno mismo y en los demás te ayudará a expresar tu verdadero yo y a evitar encerrarte en ti mismo o atacar a los demás por miedo. Su definición de confianza tiene varios elementos. Para comprender cómo se genera la confianza en la práctica, explicaremos cada uno de estos elementos utilizando el acrónimo BRAVING de Brown:
Límites: Cuando confías en ti mismo, sabes cuándo marcar los límites en materia de seguridad física y emocional durante un desacuerdo. Cuando confías en los límites de otras personas, sabes que ellas harán lo mismo.
Fiabilidad: Cuando eres fiable, la gente puede confiar en que siempre serás honesto y no fingirás adaptarte para facilitar las cosas. Saben que siempre te muestras tal y como eres. La gente también debe poder confiar en que eres fiable porque no les presentas falsas dicotomías.
Responsabilidad: Si eres digno de confianza, asumes la responsabilidad cuando cometes un error al no ser auténtico o no participar en la resolución de conflictos de buena fe. En esos casos, demuestras tu responsabilidad disculpándote y volviendo a intentarlo.
Bóveda: Mantienes la confidencialidad cuando dices que lo harás, incluso si te sientes tentado a conectar con otras personas a través de chismes o desprecio compartido.
Integridad: Cuando tienes integridad, siempre vives según tus valores, incluso cuando es más difícil que conformarte. Esta es una parte importante para denunciar las falsas dicotomías y ser honesto con los demás.
No juzgar: Para que las personas confíen en ti con sus pensamientos y sentimientos, debes escucharlas sin juzgarlas. Del mismo modo, para confiar en ti mismo, debes evitar juzgarte, incluso cuando te sientas diferente o «excluido».
Generosidad: Cuando las personas confían en ti, saben que cuando haces más preguntas para comprender su punto de vista, estás asumiendo intenciones generosas (buenas) y abordando la conversación con amabilidad.
Explora más a fondo la conexión
Una conexión auténtica requiere tanto intención como habilidad: la voluntad de priorizar el entendimiento por encima de tener razón, las técnicas para establecer una buena relación en las conversaciones cotidianas y el valor para mantener el compromiso incluso cuando surgen desacuerdos. Para comprender la conexión en un contexto más amplio, consulte las guías de Shortform sobre los libros de donde provienen estas ideas:
- La próxima conversación por Jefferson Fisher
- Cómo hablar con cualquier persona por Leil Lowndes
- Afrontando la naturaleza salvaje por Brené Brown